Con la resaca de las celebraciones conmemorativas del Orgullo Gay en Divinity nos preguntamos qué tienen artistas como Paloma San Basilio, Mónica Naranjo, Madonna, Alaska, Kylie Minogue, Cher o hasta Tamara-Ámbar-Yurena para provocar tantas pasiones entre el colectivo homo. Estas son las conclusiones a las que hemos llegado.
Derrochan seguridad sobre las tablas
Un punto de encuentro, por muy distintas que sean entre sí, es que a las divas gays es que parece que no hay quien las tosa. El estilo y el arte Maria Callas, Isabel Pantoja, Paloma San Basilio o Madonna poco tienen que ver entre sí pero las cuatro, que a su vez son ídolas de homosexuales muy distintos, derrochan seguridad en sus apariciones públicas y profesionales.
Detrás del telón la historia, como sabemos, es muy distinta: Maria Callas padecía trastornos nerviosos y ya sabemos que Isabel Pantoja no hace más que tocar fondo… pero cuando llega la hora de currar, una buena musa homo se viene arriba y no hay quien le tosa.
Más es más
Alaska, reina indiscutible para los homosexuales españoles desde hace más de 30 años, lo dice en una de sus canciones más famosas: “Sólo tienes que pensar que lo estrafalario brilla más que lo normal”. Y no le falta razón. Los grandes iconos para los hombres de cáscara amarga suelen hacer del exceso una virtud.
Para aquellos que precisen nombres propios con los que comprobar el teorema solo basta con mencionar a Cher, Lady Gaga, Mónica Naranjo o la propia Alaska para personificar tamaña afirmación.
Generar debate, un 'must'
Una personalidad anodina y correcta no tiene ningún futuro para formar parte del altar politeísta de aquellos a los que Rocío Jurado denominaba sus “niñas de pelo corto”. Para ser una deidad en Chueca tienes que aglutinar defensores y detractores que te odien y te defiendan a partes iguales.
Tamara-Ámbar-Yurena para algunos es una mamarracha sin precedentes y para otros una diva underground que aglutina los valores del movimiento glam; las Spice Girls eran cinco mamarrachas prefrabicadas para algunos, un grupo tan relevante como los Beatles o los Rolling para otros.
Importancia absoluta a la imagen
Otorgar a la estética una importancia de primer orden, casi tanto o más que al resto de elementos con los que se trabaja, se antoja definitivo para conseguir el beneplácito de los que la Biblia llamaba sodomitas. ¿Por qué la extremeña Bebe no es diva gay y Kylie Minogue sí lo es? Pues porque una parece no haberse mirado al espejo jamás y la otra destila perfección en cada aparición pública (y privada) que tiene.
Única e irrepetible
De nada sirve cumplir todas las premisas anteriores si no van acompañadas de una personalidad única y una presentación original. El imaginario homosexual acepta en paz y concordia ídolos tan variopintos como Bjork o Lola Flores; Barbra Streissand o Britney Spears; Sara Montiel o Gloria Trevi pero si son iconos es porque cuando las hicieron rompieron el molde.