El ingreso en prisión de Iñaki Urdangarín ha devuelto a la familia de la hija mediana del Rey Juan Carlos a primera línea de actualidad. Mucho se ha escrito sobre los ex duques de Palma y sobre su pasado, su presente y su futuro. Hoy ponemos el foco en sus hijos: cuatro adolescentes que han pasado de crecer entre palacios a vivir el exilio y el procesamiento de su padre en unos años complicados. ¿Cómo son Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene? Hoy lo descubrimos.
Juan Valentín (18), deportista y comprometido
El hijo mayor de Iñaki Urdangarín y Cristina de Borbón, ojito derecho de su abuela la Reina Sofía, ha sido el que más ha sufrido con la caída en desgracia de sus padres. Por su edad, este otoño cumplirá 19 años, ha tenido más acceso a todo lo que se decía de sus padres en medios de comunicación y redes sociales. Por si fuera poco en sus últimos años en Barcelona tuvo que sufrir el ‘bullying’ de sus compañeros que le decían que su padre era un ladrón.
Si durante su infancia su carácter fue retraído y la timidez su carta de presentación, en su adolescencia se tornó algo contestón y enrabietado. Por suerte pudo canalizar sus frustraciones en el deporte: juega al balonmano, al tenis y en verano practica vela. Acaba de terminar bachillerato y no ha trascendido cuáles serán sus próximos estudios. El primogénito de los Urdangarín mantiene una especial complicidad con su primo Froilán. "Son una piña y se unieron mucho más con todo lo que les sucedió".
Juan Valentín, que esta misma semana visitó a su padre en la prisión de Brieva, cuenta con una importante vena solidaria: Esta primavera estuvo en Camboya colaborando con la Fundación Sauce para ayudar a jóvenes mutilados por las minas antipersona.
Pablo Nicolás (17), el más risueño del clan
La mayoría de edad se cierne sobre el segundo hijo de los Urdangarín, que nació en la Clínica Teknon de Barcelona el 6 de diciembre del año 2000. A pesar de llevarse tan sólo un año con su hermano mayor tiene un carácter muy diferente al suyo: su carácter resulta mucho más risueño, despierto y extrovertido que Juan Valentín.
Las diferencias de carácter le complementan a la perfección con su hermano con el que comparte amigos y aficiones. Pablo Nicolás es, como su padre, gran aficionado al deporte. Además de vela, practica balonmano y fútbol. Pero también le gusta acudir a los partidos como mero espectador. En su cuenta de Instagram tiene, junto a su nombre, una bandera de España.
Miguel Urdangarín (16), el más desconocido
El tercero de los hijos de los ex duques de Palma es el más desconocido de los querubines del clan: Apenas ha realizado apariciones públicas y sus últimas imágenes datan de hace tres años. El más rubio de los Urdangarín Borbón, y el que más se parece a su padre, es un apasionado del skate.
Irene Urdangarín (13), adolescente ‘it’
Irene Urdangarín destaca por sus grandes ojos azules, su sonrisa, y su naturalidad en su manera de comportarse. Según afirman allegados de la familia a la benjamina del clan “no le ha afectado tanto como a sus hermanos mayores la onda expansiva del escándalo Nóos. En el primer exilio de Washington, en 2009, tenía solo 4 años, por lo que no era consciente, y después vivió casi siempre en el extranjero”. Las mismas fuentes aseguran que “es una niña despierta, aunque no empollona” y que tiene un don innato para las relaciones públicas.
Como todos los miembros del clan tiene habilidades deportivas: esquí, nada, navega y también es ‘runner’: El año pasado compitió junto a su padre en la maratón de Ginebra y cubrió la prueba de 3 kilometros, en 16 minutos y 16 segundos. Décima en la línea de sucesión al trono, adora a su abuela, la Reina Sofía, que frecuentemente les visita en Ginebra y con la que ella y sus hermanos pasan unos días en verano en Marivent.
Aunque apenas han tenido relación, a la Princesa Leonor le hace ilusión tener una prima de su edad: acudieron juntas a ver el musical de Billy Elliot el pasado mes de mayo y también ha pasado junto a su prima celebraciones importantes como navidades, las vacaciones en Mallorca o el día de su comunión.