El camino hacia el éxito no siempre resulta fácil ni sencillo. Nuestros famosos lo saben bien y es que antes de alcanzar la popularidad se ganaron la vida con profesiones de lo más pintorescas. En una labor periodística sin precedentes hemos descubierto que entre nuestros famosos más queridos encontramos mascotas de restaurantes de comida rápida, princesas que ejercían de promotoras tabaqueras o limpiadores de ataúdes.
El pasado del Papa Francisco I como portero de discoteca, para empezar, tiene tela. El Pontífice más molón de la Historia de la Iglesia Católica continúa rompiendo esquemas. El pasado mes de diciembre confesó ante un grupo de feligreses su pasado como encargado de poner de patitas en la calle a los macarras o de controlar la entrada de un club de Buenos Aires. El Papa, además, se dedicó durante un tiempo a fregar los suelos de la fábrica de medias donde su padre era contable y, entre los 14 y los 19 años, trabajó en un laboratorio químico.
Pero las sorpresas no quedan aquí. Ni mucho menos. ¿Sabías que Brad Pitt ganó su primer sueldo vestido de pollito repartiendo panfletos con las ofertas de una cadena de ‘fast food’? El cincuentón más atractivo de Hollywood trabajó como mascota de ‘El Pollo Loco’ para poder pagarse el alquiler en la meca del cine. Además trabajó como chófer de strippers: era el encargado de trasladar a las bailarinas a los lugares donde tenían que realizar sus espectáculos.
Y mientras Brad se disfrazaba de pollo, otro guapo del cine, Matthew McConaughey, trabajaba desplumándolos. Antes de quitarse la camiseta en cada película que protagoniza el ex novio número 5.638 de Penélope Cruz trabajó en una granja de Australia desplumando pollos para la posterior venta del cadáver de los primos de Caponata a la industria cárnica.
Siguiendo con guapos oficiales, Hugh Jackman se ganaba sus durillos dignamente como payaso en fiestas infantiles. Sean Connery empezó limpiando ataúdes en una funeraria y Madonna ejercía de vendedora de donuts en una famosa franquicia de rosquillas. Por cierto, la echaron porque le montaba el pollo a los clientes.
En España nuestros famosos también se dedicaron al sector servicios antes de alcanzar la popularidad. Loles León, por ejemplo, despachaba churros antes de convertirse en chica Almodóvar y hacer de manera recurrente el mismo papel en cada serie o película en la que participa. Fernando Tejero, Fermín en ‘La Que se Avecina’, trabajó en la vida real para un equivalente a ‘Mariscos Recio’, y es que el actor fue pescadero hasta los 30 años. “Me trataban fatal y me pagaban peor”, ha comentado de su primera profesión.
Marta Sánchez no siempre ha sido tan pija como parece. La intérprete de ‘Puerta de Emergencia’ ganó sus primeras pesetas en una peluquería de barrio permanentando, marcando y peinando a las marujas de la zona antes de convertirse en la vocalista de ‘Olé Olé’. ¿Se haría ella misma sus inefables peinados de los años 80?
Miguel Ángel Silvestre antes de actor fue fisioterapeuta en su Castellón natal. Por su parte, David Bisbal, trabajó en un vivero antes de entrar en la academia de Operación Triunfo. Más conocidos son los trabajos previos de Bustamanete como albañil o Soraya Arnelas como aeromoza explicando qué ocurre en caso de descompresión de la cabina.