Fue una de las relaciones más tormentosas y mediáticas del cambio de milenio. Mariah Carey y Luis Miguel mantuvieron un romance lleno de polémicas entre 1998 y 2001 que copó titulares e hizo de oro a los paparazzis. Súbanse conmigo a la máquina del tiempo para recordar esta historia de amor, fama y muchos celos.
Como no podía ser de otra manera estando Mariah de por medio, este romance comienza en Navidad; concretamente en las montañas nevadas de Aspen. Las dos estrellas vivían sus mejores momentos de su carrera profesional pero en lo personal la vida no les sonreía: ella estaba recién divorciada del jefazo de su discográfica, Tommy Mottola, y él se recomponía de su enésimo desengaño sentimental.
Fue el manager de Luis Miguel quien ejerció de celestino y le buscó una cita con la diva navideña. Según revela la cantante en su libro de memorias, un amigo común le comentó que una estrella internacional se moría de ganas por conocerla y ella, sin saber de quien se trataba, aceptó una cita a ciegas. Aquella primera cita fue un desastre total. Quedaron a cenar y Luis Miguel se pasó de copas, por lo que Carey llamó a su sobrino para que le liberase de aquel trance. “Pero una pequeña parte de mí estaba intrigada. Tenía un innegable estilo apasionado; pude ver el potencial para la aventura en él”, recuerda.
A pesar de aquel fracaso, Luis Miguel puso mucho empeño en seducir a la cantante regalándole joyas y un piano rojo, algo que había soñado desde que era una niña. Mariah cayó finalmente rendida a los encantos del cantante latino y comenzaron su mediático romance que estuvo marcado por las envidias artísticas de quién era más famoso de los dos. Para colmo, Luis Miguel no quería tener hijos y Mariah se sentía predestinada a vivir la experiencia de la maternidad.
La buena relación que Mariah mantenía con el productor de su película 'Glitter', Eric Betet, disparó al parecer los celos de Luis Miguel. A pesar de que ella le aseguraba que le estaba siendo fiel y de que él estaba casado entonces con Halle Berry, la desconfianza del mexicano era tremenda y llegó a presentarse por sorpresa en el set de grabación de la película para comprobar que no había nada entre ellos. Era la definición perfecta de una relación tóxica.
Uno de los episodios más amargos de la relación de ambos tuvo lugar cuando Mariah consiguió que Luis Miguel protagonizase la película 'El Zorro'. El ego de Luis Miguel no soportó que su chica fuese su mecenas en el mercado anglosajón y terminó rechazando el papel, que finalmente fue para Antonio Banderas. En otra ocasión Mariah propició la grabación de un dúo musical entre ambos y aquello tampoco sentó bien al cantante, por lo que aquella canción nunca vio la luz. Aquel episodio fue la gota que colmó el vaso y que llevó a la pareja a terminar definitivamente.
Después de tres años muy intensos, Mariah quedó psicológicamente destruida y tras la ruptura se internó en una clínica para recuperarse de la depresión que conllevó el fin del romance.
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