Miley Cyrus y su conversión en mujer fatal: la que avisa no es traidora
Hannah Montana es historia. Hace cinco años que Miley acabó para siempre con el personaje de Disney que le dio la fama para poder madurar… ¡Y cómo lo ha hecho! La otrora princesita pop ahora se nos presenta como toda una diva de vanguardia con un sonido que coquetea con ritmos urbanos con claras influencias rock con su último sencillo ‘We can’t stop’ que sirve de adelanto de su próximo álbum.
Esta transformación no ha sido algo de la noche a la mañana. La conversión de Miley de icono de la infancia más conservadora de los Estados Unidos a auténtica rockera no ha sido casual ni repentino. Ya tiene 20 años, no ni una niña ni una adolescente y nos lleva alertando de su evolución desde hace tiempo...
De niña virginal a joven rebelde
La pubertad y el desarrollo de sus turgentes formas reafirmaron a Miley como un objeto de deseo sexual que ella misma potenció. La otrora princesita inocente se empezó a presentar como una adolescente de apetito indomable. No sólo en su apariencia física, sino también convirtiéndose en una auténtica comehombres: dejó a Nick Jonas, de los virginales Jonas Brothers, y comenzó una carrera de relaciones incesantes. Con Liam Hemsworth ha estado casi tres años pero ahora vuelve a estrenar soltería.
Drogas y alcohol
No podía ser de otra manera. Como sus predecesoras en el mundo Disney (Britney, Lindsay, Lovato…), Miley también descubrió el mundo de la noche, el alcohol y los porritos. La niña, la verdad, es que no se ha cortado un pelo, y no ha tenido problema alguno en dejarse fotografiar en plena faena.
Hago lo que quiero con mi pelo
Miley nos ha estado diciendo que tenía personalidad propia a través de sus radicales cortes de pelo. Un día era rubia, otro morena, pelo largo, rollo punk, color ceniza... El pelo de Miley Cyrus ya avisaba que su retorno musical no sería el de una diva ‘chicle-pop’ y el sonido de su nuevo single así nos lo ha confirmado.
Y llegó Twitter
Las redes sociales, los escándalos y Miley Cyrus han estado conectados entre sí durante los últimos años. Desde Twitter ha provocado las iras de sus fans más conservadores poniendo en duda algunos principios religiosos, también ha colgado fotos de ella desnuda (tapando convenientemente sus partes más púdicas), discusiones públicas con algunos acosadores y hasta los clásicos arrebatos de cerrar la cuenta para, días más tarde, volverla a abrir como si nada hubiera pasado.