Ahora que los triunfitos de nueva generación campan a sus anchas por los medios de comunicación llega el momento de recuperar la pista a aquellos ex alumnos de La Academia que alcanzaron grandes cotas de popularidad pero de los que perdimos la pista. Una de las concursantes más queridas de la edición de 2008 fue Esther Aranda, definida por Risto Mejide como “la peor concursante de la historia del formato” y que hace unos días volvió a la actualidad tras reivindicar en redes sociales su paso por el programa.
La vida de Esther Aranda no ha continuado ligada a la música pero puede considerarse toda una triunfadora en la vida: casada desde el pasado mes de julio, madre de una preciosa niña llamada Valentina y empresaria de éxito. La joven cuenta además con una cuenta de Instagram en la que ejerce de influencer y atesora más de 29.000 seguidores.
Su paso por el programa no fue fácil: estuvo nominada todas y cada una de las semanas en las que participó en el programa y consiguió el favor del público hasta la sexta gala. Su tremenda interpretación de ‘Las de la Intuición’ junto a su compañera Tania le pesó como una losa: los expertos del programa consideran que es la peor de todas las que ha habido en sus quince años de emisión.
“Las críticas me hicieron muy insegura”, comenta en su perfil de Instagram la ex triunfita quien asegura que no se arrepiente de sus posados en Interviú. Aranda cuenta también que cada cierto tiempo le ofrecen participar en diferentes espacios de telerrealidad pero que no se siente motivada para ello.
Gracias a sus redes sociales, los internautas pueden comprobar que hay vida (y muy buena) después y a pesar de OT. Viajes, compras de lujo, coches de alta gama, maternidad y mucho amor conforman el ‘feed’ de la Malagueña que también ejerce de ‘Comunity Manager’ de sus dos restaurantes: “La Bernarda” y “Treinta & Tres Restobar”.
Esther y su marido, Javier, se dieron el ‘sí quiero’ el año pasado en una ceremonia religiosa de la que dio buena cobertura en su cuenta de Instagram. En un momento de la celebración, la novia se arrancó por el fandango de “Mi niña Lola” dejando bien claro que sigue habiendo una cantante en ella. Hace pocos días, el 14 de julio, recordaba el gran día, que repetiría una y otra vez:
Como buena Influencer a Esther le gusta compartir sus looks en su perfil con las acostumbradas poses de las estrellas de Instagram. En su red social también presume de hija, reporta sus viajes y promociona algunos productos.