Las diez palabras y expresiones que has aprendido (y sobreutilizado) en 2013
La dimensión pedagógica y de servicio público de las Oteradas no descansa. Ni siquiera en los albores del Año Nuevo. En un firme propósito por enriquecer y afianzar el vocabulario de sus lectores, aunque sea con anglicismos, recopilamos hoy todos esos nuevos palabros (algunos horribles) que durante el último año se han convertido en habituales. Éstas son las palabras, neologismos, campos semánticos y expresiones que llegaron a nuestra vida durante 2013 y que, en algunos casos, empiezan a cansar.
Selfie: La traducción más correcta a la lengua de Cervantes podría ser ‘autofoto’. Dícese de la imagen que uno mismo se hace con la cámara de su móvil para colgarla en las redes sociales. Hacerse un selfie y colgarlo en la red se ha convertido en algo casi rutinario. Ni Obama, ni el Papa, ni Hillary Clinton, ni el Príncipe Felipe han escapado de esta moda.
Postureo: Este palabro es muy socorrido y viene muy requetebién. Sirve para expresar formas de comportamiento y de pose que se realizan más por imagen o por las apariencias que por una verdadera motivación. Por fin hay un término que define actitudes como la de decir que ves cine serbio cuando realmente pierdes las bragas por ver el resultado del polígrafo de Conchita (o viceversa, ojocuidao).
It Girl: Es la versión correcta y educada para referirse a ‘la tía que vive del cuento’ o incluso el ‘mamarracha’ de toda la vida. Cuando te dedicas a la música eres cantante, cuando eres una estrella de la interpretación eres una actriz, si te ganas la vida vendiendo chopped eres charcutera... Pero si eres una tiparraca, más o menos mona, y va a las fiestas fashion pero no tienes ni oficio ni beneficio dicen de ti que eres una ‘it girl’ para que no te sientas ofendida. Pero realmente eres otros términos menos ‘chic’.
Relaxing Cup of Café con Leche: El bochornoso y vergonzoso discurso en inglés de la ex primera dama, señora de Aznar, ex funcionaria y primera edila del Ayuntamiento de Madrid en el COI ha dado lugar a una coletilla excesivamente frecuente. Reirse de aquel despropósito sonrojante estuvo bien un rato, pero la gracia de colgar un cotidiano acto de cafetería en el Facebook y poner “Relaxing cup…” no solo no es gracioso, sino que está pasado, caduco y debería tener penas de prisión.
Maluleras, Beliebers, Auryners…: Este año hemos aprendido que ser fan de algún artista conlleva alistarse en una especie de ejército paramilitar perfectamente organizado para defender, incluso con la propia vida, la memoria, obra y arte de ese ídolo. Cada tropa cuenta con su propia denominación, así las fans de Malú son ‘Maluleras’, las de One Direction se definen como ‘Directioners’, las acérrimas de Justin Bieber son ‘Beliebers’ y las de Auryn, ‘Auryners’… Si te chifla Maria Dolores Pradera puedes considerarte ‘Praderer’. Yo soy claramente un ‘Pantojer’.
Hipster: Continuando con la senda de los grupos sociales, el 2013 ha sido el año de los ‘hipster’. Se trata de una numerosa subcultura urbana reconocibles por su gusto por la música y la cultura ‘indie’, siempre pegados a sus iPhone o tableta y a la última sobre cuál es el tumblr del momento. Son habituales de los antiguos barrios oscuros y ahora molones de las ciudades como el Raval de Barcelona o Malasaña de Madrid. Son una evolución del moderno, bohemio, indie o gafapasta de toda la vida. A medio camino entre lo hippy y lo fashion.
Engagement: En Cristiano, el impacto que tienen nuestras interacciones en las redes sociales. Cuando conseguimos que la foto de nuestras vacaciones tenga muchos ‘Me gusta’ en el Facebook o un tuit alcanza mucha repercusión a base de interacciones, retuits, menciones o favoritos se dice que alcanza un buen nivel de engagement. Vamos, un concepto que tu madre y tu abuela jamás entenderán (y ni falta que les hace).
Twerking: El baile de moda gracias a la actuación de Miley Cyrus en la última entrega de los Premios MTV. ¿En qué consiste? Pues prácticamente en mover el culo y la cadera como si no hubiese un mañana. El modus operandi es muy parecido al del perreo. Las chicas deben tener cuidado cuando practican el twerking con un compañero de baile, alguna ha acabado fecundada.
Meme: Este término se utiliza, cada vez con más frecuencia, para referirse a cualquier imagen o texto, de contenido humorístico, que se comparte viralmente en las redes sociales. Para que nos entendamos: la llama del ‘Ola ke ase’ o las fotos de Rajoy o Urdangarín con algún texto irónico que te manda tu cuñado por Whatsapp y que tan harto te tienen son ejemplos de ‘memes’.
Tróspido: En verdad esta palabra comenzó a usarse en 2012 pero ha sido en 2013 cuando se ha asentado. Su uso se ha generalizado gracias a los programas de Cuatro ‘Quien quiere casarse con mi hijo’ y ‘Un Príncipe para Corina’. No tiene un significado concreto, como le pasaba a ‘finstro’, pero es fácil de comprender si eres un habitual de estos espacios. El término, originariamente inventado por un bloguero llamado Hematocrítico, ha alcanzado una divertida polisemia. Así, algo ‘tróspido’ puede ser algo cutre, o sinónimo de sinvergüenza o llanamente divertido.