El triste fallecimiento del marido de Paz Padilla nos ha dibujado un perfil profesional de la actriz y presentadora totalmente inusitado. La gaditana nos ha estado haciendo reír, como siempre ha hecho, en los momentos más duros de su vida. Mientras el amor de su vida luchaba contra un tumor cerebral y nadie podía imaginar el trance por el que pasaba, ella se ponía ante las cámaras y lidiaba con los contenidos de Sálvame con total normalidad. Antes que ella, otros famosos antepusieron sus obligaciones a su inmenso dolor.
Pau Donés fue otro ejemplo de energía y fortaleza. En las últimas semanas de su vida y conocedor de su fatal destino, el que fuera cantante de Jarabe de Palo grabó un último disco. El álbum llegaba a las tiendas y a las plataformas una semana antes de su fallecimiento y llegó a grabar un videoclip lleno de optimismo en pleno confinamiento. Todo un ejemplo.
En la misma línea resulta escalofriante recordar con qué energía participó Bimba Bosé en el programa 'Levántate' en los últimos meses de su vida. Con una sorprendente vitalidad y una profesionalidad ejemplar, la modelo participó en un talent show musical como si nada pasase.
En el año 2011, sólo unas horas después de conocerse la muerte en un accidente de tráfico de su hija Carlota, de 18 años, Toni Cantó se subió al escenario para interpretar su papel una obra de teatro. Aunque se pensó en un primer momento que la función se suspendería, el actor decidió subirse a las tablas pese a estar "consternado y muy afectado", pero siguió adelante.
De entre todas las galas de Gran Hermano que Mercedes Milá presentó durante años hubo una especialmente complicada. Mercedes Milá condujo con su profesionalidad habitual un prime time de la edición 12+1 del formato horas después del funeral de su padre.
Aún sumida en el duelo por la muerte de su marido, Raquel Sánchez Silva realizó una recordada acción comercial en “El Programa de Ana Rosa”. La presentadora, que había firmado un contrato comercial antes de la trágica partida de Mario Biondo, quiso cumplir con sus compromisos laborales y dedicó a los espectadores “una de mis primeras sonrisas”.
La reina Letizia no renunció a su agenda en el momento más complicado de su vida, el fallecimiento de su hermana Erika. En el sepelio de la joven tuvo un momento para acercarse a la prensa y agradecer el apoyo prestado y tan sólo una semana después hacía frente, embarazada de su hija Sofía, a su agenda institucional.
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