Las casas son el espejo de la personalidad de sus habitantes. Gracias a revistas, programas de televisión y confidenciales, conocemos las casas de famosos y populares. Hoy ‘Oteradas’ se transforma en una publicación en la línea de ‘Nuevo Estilo’ para desgranar la personalidad de nuestras celebridades en función a la decoración de sus viviendas.
La elegancia sencilla de Sara Carbonero
El blog de la (otra vez) pre mamá Sara Carbonero sirve para adentrarnos en el día a día de la periodista en la tierra del bacalao y los fados. Desde su bitácora en Elle, la señora de Casillas nos ha abierto las puertas de su domicilio de Oporto y hemos podido ver que su estilo moderno y sencillo se traslada también a la decoración de su casa.
Formas geométricas, colores neutros y claros que promueven la sensación de amplitud que domina el refugio portugués del guardameta y la comunicadora. Una vivienda urbana y contemporánea a través de elementos eternos que no pasarán de moda.
La ostentación de Corinna
El nuevo medio digital de Pedro Jota Ramírez, ‘El Español', publicaba hace unos días las imágenes del dúplex en el que la consultora germano-danesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein pasó largas temporadas disfrutando de la compañía y la amistad del monarca emérito Juan Carlos I.
Contemplando las imágenes publicadas por el periódico, vemos un gusto por la opulencia y la demostración de poder. Además, descubrimos las aficiones de los que fueron sus moradores: Trofeos de caza, ascensor privado con forro de piel de vaca, libros sobre safaris y decoración…
Al dormitorio principal se accede a través de un pasillo decorado con cuadros de inspiración oriental. La cama de matrimonio da a una terraza con vistas a la entrada del complejo.
La desangelada y descuidada casa de Pablo Iglesias
Continuando con los líderes políticos pasamos al extremo opuesto: la deprimente, a mi juicio, vivienda de Pablo Iglesias. Los espectadores de ‘El Programa de Ana Rosa’ asistimos con estupor a la vivienda heredada de su tía abuela del candidato a la presidencia del Gobierno de ‘Podemos’.
El comprador de moda en Alcampo vive en una vivienda en Puente de Vallecas (Madrid), decorada por su difunta pariente protectora. Los muebles de la cocina no se han cambiado, porque según palabras del líder podemita "tomar el mando de las operaciones" le angustia muchísimo. El mobiliario convive con varios pósters pegados con papel celofán, incluso coquetos chorretones de grasa de aceite y un cartel reivindicativo con el lema: “¡No somos ilegales!”.
En el interior de la nevera hay medio melón, huevos, margarina, jamón serrano, queso, un brik de salmorejo y zumo. Fuera del frigorífico también tiene ajos, miel y Cola Cao. La batidora y la cafetera Melita descansan junto al fregadero.
Horror Vacui Pop: Alaska y Mario
Los espectadores del reality que protagonizan Alaska y Mario Vaquerizo entramos semanalmente en la vivienda que el matrimonio posee en el centro de Madrid. El domicilio es una prolongación de la ecléctica y apasionante personalidad de ambos y allí convergen obras de arte, imaginería pop y animal print.
La casa, colorida y coqueta, no tiene espacio libre para un ornamento más, pero mantiene el orden en cada rincón. Uno de los rincones favoritos de los fans de la pareja son los dos cuartos de baño, uno para cada uno. El de ella en color rojo y con iconografía religiosa, el de él en tonos azules y con estampado de Elvis.
Ambiciones, esencia animal
'Ambiciones' es una dehesa sita en las inmediaciones de Ubrique y, a la sazón, la joya de la corona del clan Janeiro. Lugar de peregrinación diaria de paparazzis, curiosos, autobuses de jubilados y fans de Jesulín. La decoración despertaría sarpullidos a mis queridos amigos los defensores de los animales: Villa Campanario es un bufet libre de taxidermia.
La Guardia Civil se presentó en la vivienda del matador en 2013 para incautarse de dos osos, un jaguar y una cabeza de cebra disecados que decoraban el salón. Al parecer Jesulín incurría en un delito medioambiental, que no estético.
La eterna ‘Villa Meona’ de Isabel Preysler
Hace casi veinte años que las cámaras no entran en casa de Isabel Preysler. Para el recuerdo del imaginario colectivo queda aquel reportaje que hizo entonces la revista ‘Hola’ y que el paso del tiempo antoja algo presuntuoso y hortera.
La entonces señora de Boyer, hoy viuda pero enamorada de Mario Vargas-Llosa, nos presentaba desde la publicación del saludo una vivienda sobretapizada que recibió el mote de ‘Villa Meona’ porque alberga más de doce cuartos de baño. A la decoración que vimos entonces no le faltaba detalle: hasta la caseta del perro tenía calefacción.
Las habitaciones eran de traca y también contaban con superávit de tela: fíjense en el estilo de mansión de telenovela venezolana de los 80 con la tapicería de los cabeceros y los muebles auxiliares. Según palabras de Isabel, en tonos azulados que dan tranquilidad e intimidad.