El trabajo se acumula estos días para sus Majestades de Oriente: cabalgatas, repartos de regalos, recepciones oficiales e incluso apariciones en televisión. Debido a esta sobrecarga de trabajo previa a la noche del 6 de enero, algunos famosos aceptan a echarles una mano haciéndose pasar por ellos en su reparto de ilusión. La intención es buena, pero el resultado a veces llega a puntos que van un nivel más allá del cutrerío (especialmente en el espinoso tema de los Baltasares).
Hace unos días vimos cómo Kiko Rivera ejercía de paje del Rey Baltasar en una cabalgata. Muy maquillado, el hijo de la Pantoja hizo creer a los más pequeños que Cantora era un pueblo del África subsahariana. El concursante de 'GH Dúo' recogió cartas y repartió caramelos como cabe esperar de un emisario de Sus Majestades de Oriente.
Lo peor de todo es que el caso de Kiko Rivera no es, ni de lejos, el más bochornoso: observen estas dos imágenes protagonizadas por Jesulín de Ubrique y Sergio Ramos en las que las dos celebridades podrían ser un Rey Mago de Oriente o un trabajador de las minas de Asturias.
Alberto Ruiz Gallardón (sí, el exministro de Justicia y exalcalde de Madrid) también perpetró un “reymaguicidio” merecedor de la Prisión Permanente Revisable. Lucas (¿o era Andy?)… Bueno, uno de los integrantes de Andy y Lucas también tiene en su historial el mismo delito. Tanto uno como otro parecían la personificación de un bombón de la Caja Roja pasado de fecha.
El caso de los Melchores y Gaspares VIP el caso no resulta mucho mejor: barbas de los chinos y atuendos de ocasión acompañaron a algunas celebridades en su reconversión como magos de Oriente. Para el recuerdo está el caso de Raquel Revuelta (nos estamos pasando con el empoderamiento), Cayetano Martínez de Irujo o Manuel Díaz ‘El Cordobés’ convirtieron sus respectivas cabalgatas en una suerte low cost de los carnavales tinerfeños.
El universo 'Sálvame' no se libra de la quema: Rosa Benito, Kiko Matamoros y Luis Rollán han ejercido de Melchor, Gaspar y Baltasar en el saloncito de Telecinco acabando con la ilusión e inocencia de toda una generación de niños.