El hijo del afamado arquitecto Ricardo Bofill se convirtió en un rostro habitual de las revistas del corazón en los noventa y en los dosmiles. Famoso por su matrimonio con Chabeli Iglesias primero y posteriormente por su tormentoso noviazgo con Paulina Rubio, sus apariciones y broncas en 'Tómbola' y 'Crónicas Marcianas' disparaban los audímetros. Sus excesos y su carácter arrogante y contestón no dejaba a nadie indiferente. Sin embargo, un día desapareció y no volvimos a verlo. ¿Quieren saber que fue de él? En el vídeo te contamos cómo es su vida actual después de los 50.
Sobrepasado por aquel modo de vida, Ricardito decidió refugiarse en el estudio de arquitectura de su padre. De manera tajante puso punto y final a los consumos, los platós y los intentos de convertirse en director de cine o escritor de novela erótica. “Decidí que quería acabar con todo aquello”, declaraba a El País hace unos años. A sus 56 años ha encontrado por fin la paz y la serenidad. “Me había vuelto un egoísta, me había convertido en una bête du circ, en un exhibidor folclórico de mí mismo, metido en una espiral de falta de respeto por la familia, por las mujeres y por mí mismo”, reconoce en otra entrevista. Según sus propias palabras “era un sádico hedonista que causaba daño a los demás sin que me afectase”.
Aquellos años eran una barra libre de escándalos… desde su 'pillada' en pelotas por parte de Interviú hasta sus apariciones pasado de vueltas en los programas de corazón.
Tras pasar por desintoxicación, Ricardo terminó para siempre con las noches de consumo de cocaína y fiesta sin final. Ahora le preocupa cuidar su alimentación y practica deporte: “Intento ir hacia la salud. A medida que te haces mayor, tienes que cuidarte más y hacer más deporte". Ricardo reconoce que aunque a veces lo siguen reconociendo por la calle, la vida discreta le ha permitido tener una existencia cómoda y relativamente anónima. “Estoy muy centrado en el trabajo, y soy muy casero. Tengo diez amigos de toda la vida. Salimos en moto, voy a conciertos en el Palau de la Música, practico el surf…”, dice. También es habitual verlo participando en ponencias sobre arquitectura en congresos y seminarios.
Ricardo no tiene novia ni la busca, tampoco quiere niños: “Disfruto de los de mis amigos”, dice. Su última relación conocida fue la actriz Ana Turpin, a la que dirigió en una película llamada “Hot Milk” que fue cruelmente vilipendiada por la crítica. Con sus anteriores relaciones, Chabeli Iglesias y Paulina Rubio, acabó como el rosario de la aurora aunque ahora, desde la serenidad, tiene buenas palabras para ellas.
De Chábeli dice que mantiene una “relación cordial” y que los Iglesias Preysler son “una familia fantástica”. “Piensa que nos hemos vuelto a encontrar en muchos sitios. Sin dar muchos nombres, tengo una relación con todas las personas que han sido importantes en mi vida". dice. Mantiene también las formas para hablar de su otra ex, Paulina Rubio. “Me alegro de que le hayan ido las cosas tan bien. Vive en una casa que les hice en Miami Beach. La casa se llama Ananda y en sánscrito significa felicidad”, recuerda.