Rocío Carrasco no está sola: Sáenz de Santamaría, Mila o Belén también fueron tachadas de "malas madres"
La docuserie sobre la vida y desgracias de Rocío Carrasco está poniendo el foco en los juicios sobre la maternidad que la opinión pública (y los opinadores públicos) ha realizado sobre los personajes del corazón. Son muchas los periodistas que se hacen cruces en el pecho por haber menoscabado la relación que algunas celebridades han mantenido con su progenie. Sin intención de decir si estaba bien lo de antes o lo de ahora, voy a tirar de archivo para recordar algunas maternidades que han sido cuestionadas en platós, tertulias y saloncitos.
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Rocío Carrasco, la mujer del momento
Durante muchos años, la eterna Rociíto ha sido “una madre que no quería a sus hijos”. Su testimonio parece haber dado un giro de 180 grados a ese concepto y ahora es una madre “a la que le han arrebatado el amor de su hijos”. El tema es harto complejo: por un lado tenemos a una mujer destrozada que cuenta cómo su hija mayor ha sido alienada por su padre para ponerla en su contra y que ha llegado a agredirla. Por otro lado tenemos a esa hija y a su hermano pequeño, aquejado de una enfermedad congénita, reclamando una llamada para acabar con, al menos, el enfrentamiento público. Lo que no cabe duda es que el desapego de la hija de 'La Más Grande' no es tan simple y frío como nos habían contado.
Isabel Pantoja, la usurpadora
Desde hace décadas, Isabel Pantoja ha sido acusada de todo: mala persona, gafe, ladrona, interesada, mentirosa, presuntuosa… No obstante, había una faceta en la que parecía tener un comportamiento ejemplar: la maternidad. Todo cambió hace un año, cuando su hijo comenzó una campaña de desprestigio contra ella alegando movimientos financieros perpetrados por la tonadillera que habrían ido en contra de sus intereses. Muchas de las voces que ahora entonan el “mea culpa” por haber hablado mal de Rocío Carrasco atacaron hace tan solo unas semanas sin ningún tipo de piedad a la tonadillera, acusándola de “mala madre” y poniendo en cuestión cualquier argumento exculpatorio para la cantaora. ¿Pedirán misericordia y penitencia a la Pantoja como han hecho con Rociíto? Solo el tiempo lo dirá.
Belén Esteban, contra el defensor del menor
La mismísima Belén Esteban fue objeto de una campaña de desprestigio maternal por parte de un grupo de comunicación. En el año 2009 una cadena privada de televisión abrió sus informativos con la noticia de que el Defensor del Menor había solicitado a la Fiscalía de Menores que actuara para proteger los derechos de Andrea Janeiro. Tras aquella información solo había una orquestada campaña de desprestigio contra la Esteban, pero el tema llenó horas de televisión. “¡Ni que fuera yo Bin Laden!”, respondió entonces la de Paracuellos con su particular desparpajo. Aquel día, Belén dejó otra de sus memorables coletillas: “Yo por mi hija ma-to”. Sin embargo, por mucho que se defendiese y la audiencia se pusiese de su parte, la semilla de la duda sobre su buen hacer como madre ya había sido sembrada.
El juicio a Olvido Hormigos
La archienemiga de Belén Esteban, Olvido Hormigos, también ha tenido que padecer el juicio público de la manera en la que gestiona su vida privada. No fueron pocas las voces, quizás ahora identificadas con el feminismo y defensoras de Rocío Carrasco, las que señalaron a la exconcejala socialista de Los Yébenes con eufemismos poco honorables que pusieron en tela de juicio su papel como madre por desafiar los clichés de la familia tradicional.
Soraya Sáenz de Santamaría, madre y trabajadora
De una mujer socialista a otra de las filas populares. Parece que las mujeres pueden hacer lo que quieran hasta que sus actos van en contra los preceptos de sus enemigas políticas. Eso es lo que pensó Soraya Sáenz de Santamaría, expresidenta del Gobierno del PP. Desde las formaciones de izquierda se le afeó que no agotase la baja maternal y que se incorporase a trabajar antes de tiempo. “No es el ejemplo a seguir por la mujer española”, se dijo entonces desde las filas del PSOE.
Mila Ximénez, a contracorriente
La colaboradora de 'Sálvame' ha vivido con la leyenda negra de que “había vendido” la patria potestad de su hija Alba, que se crio con su padre a partir de los 12 años. Nada más lejos de la realidad, que fue desmentida por la propia Alba. “Mi madre tomó esa decisión para que yo pudiera vivir mejor porque había veces que no tenía ni para pagar la luz y ella quería lo mejor para mí", declaró en una entrevista con Jordi González en 2009. “Se ha utilizado el tema de mi infancia, el hecho de no haber vivido con mi madre, para hacer daño y mi madre no es una mala madre”, zanjó.
Carmen Martínez Bordiú, “la abandonaniños”
Las críticas a la maternidad no entienden de signo político. Si no que se lo digan a la nietísima de Franco, Carmen Martínez-Bordiú. Durante años ha sido la “mala madre” oficial de España, acusada de abandonar a sus hijos para convertirse en una “bon vivant” parisina junto a Jean Marie Rossi. “Sabía que en la España de aquellos tiempos y separada iba a ser muy difícil vivir. Había conocido a Jean Marie, me divertía mucho con él y decidí irme a vivir con él a París", recuerda Carmen.
La decisión no fue fácil: "Cuando me separé, el divorcio no existía. Consulté a una abogada para que me indicara cómo iba la ley porque aquí no me quería quedar". "Intervinieron muchos factores y hubo personas que actuaron en contra de que los niños me vieran: mi suegra, la señora que les cuidaba... No me los podía llevar, si me hubiera quedado en España hubieran estado conmigo.", concluye.
Britney Spears y la salud mental
El año 2007 fue demoledor para Britney Spears. Su salud mental explotó por los aires después de años de acoso de la prensa, parejas tóxicas, malos hábitos y sobre todo las informaciones permanentes que la acusaban de "mala madre" porque salía de fiesta con sus amigas a las pocas semanas de dar a luz. ¿Sería conveniente que Britney se quedase en casa sobria con sus retoños en lugar de volver beoda a casa? Probablemente, pero con la sensibilidad actual no se permitiría juzgarlo. Hemos ganado en emotividad y asertividad: ya no se pueden expresar libremente ciertas opiniones.
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