Tengo una absurda teoría –una de tantas- que postula que desde arriba hacia abajo en el cuerpo humano, hay que adornarse de más a menos clásico. Es decir, el ideal de gusto excelso, sería un cabello sin estridencias, un básico como camisa-camiseta-chaqueta, un toque de audacia en el pantalón o falda, y toda la locura que quepa, a los pies. Es una teoría que ni yo misma he testado, pero que me gustaría imaginar como verdadera. En cualquier caso, el calzado, dice mucho –muchísimo- de quién y cómo lo lleva.
He separado en categorías distintas a una abrumadora mayoría femenina de celebrities para analizarlas desde sus pies. Vamos con ello, divinitísimos lectores:
CUÑAS:
Observando a estas tres lozanas mozas, cualquiera diría que el calzado de cuña resulta discreto. En efecto no lo es; pero según se conjugue de una forma u otra, puede resultar encantador. De este trío de Ana Obregón, Pamela Anderson y Amaia Montero, me quedo con esta última, combina un montón de centímetros de suela, con vaqueros, consiguiendo una imagen más casual y estilizada, algo que las otras dos no terminan de conseguir. Las cuñas, bien llevadas, son muy favorecedoras.
MANOLETINAS:
Como la docta audiencia de Divinity sabrá, las bailarinas se llaman así, en honor al matador Manolete. Desde entonces, otorgan un deliberado aire juvenil y si me apuran asexual, a ciertos looks. Podríamos concluir, diciendo que estos tres ejemplares de recatada mujer buscan una imagen redimida a través de los zapatos. La discreción es su máxima. Eso sí, no es apto para caderas anchas.
SANDALIAS:
Las sandalias de vestir tienen un efecto erótico muy potente que la explosiva Eva Mendes ha sabido lucir con color, la joven Selena Gómez se ha añadido sex appeal (y años también) y Dita von Teese le ha dado el sensual encanto retro que acostumbra a otorgar a sus complementos. Si usted es de las que desafían las gélidas temperaturas de esta época con unas sandalias durante estas fechas, a buen seguro es una mujer ardiente y pasional.
BOTAS:
Tanto las actrices Elsa Pataki como Sarah Jessica Parker, son unas abonadas a las botas, y las lucen en las ocasiones más cotidianas y ambas deben tener cientos de pares de todo tipo, a juzgar por la cantidad de instantáneas en las que no repiten botas. Cierto que a veces sus estilismos resultan hiperbólicos y rarunos (sobre todo los de Sarah Jessica). El caso de Miley Cyrus es bien distinto. Dadas las pintajas que luce aquí, lo de menos son las botas. Se le perdona, porque es joven y talentosa: necesita experimentar hasta dar con su imagen. En este caso concreto, las botas representan rebeldía y ganas de desmarcarse.
ALPARGATAS:
Si bien se trata de un calzado unisex, las alpargatas parecen relegadas para las mujeres y el verano. Lucirlas como en su día lo hizo Humphrey Bogart es difícil, pero este calzado, tiene una comodidad y estética que nos retrotrae a la cultura mediterránea, al sabor y olor de una civilización sin contaminar y con buen gusto. Así parece que lo han entendido Katie Holmes y Liv Tyler. Las alpargatas son estilosas, combinan bien con todo y además resultan muy, pero que muy confortables. Es decir, ideales para gente práctica, activa y resolutiva.
CHANCLAS:
A Marcia Cross le han pillado aquí en pleno paseo informal, con sus chanclas a los pies… Pero les juro que la que está a su lado es la atractiva Uma Thurman, de cuyo atuendo, lo que menos desentona son precisamente las chancletas piscineras. No encuentro sentido alguno a la largura del pantalón, al bolso pseudoétnico ni al gorro de explorador; tal vez la actriz quisiera pasar desapercibida, pero alguien le tendría que haber avisado de que esa no es la forma. Por el contrario, Ana Duato, es la demostración palpable de que hasta unas chanclas, se pueden combinar con cierta gracia.
STILETTOS:
Llevar taconazos resulta casi necesario si se suele estar acompañada de un marido que ronda los dos metros de altura. Esto es lo que le sucede a Letizia Ortiz, que es de una estatura perfectamente normal, pero para encajar a la perfección con su principesco marido, se ha acostumbrado a vivir subida a 12 centímetros de tacón. Tanto Eva Longoria como Kylie Minogue lo hacen por razones bien distintas: rondan el metro y medio de altura, así que necesitan de un extra que las aúpe un poquito más. Por supuesto que es la opción ideal para parecer más alta y también más estilizada, pero abusar de los tacones resulta incluso insano.
DEPORTIVAS:
En Estados Unidos existe una subcultura del deporte muy interiorizada e incluso exhibicionista. Es habitual, ver a las celebrities mezclando ropa de lo más nprmal con atuendo deportivo y una botellita de agua en su mano. Nicole Richie es una de las famosas más adictas al ejercicio y a las bambas en sus pies. En España, las chicas llevan All Stars con vaqueros, como hace Mónica Cruz, adecuando su aspecto al trajín diario y la comodidad. Kristen Stewart va un paso más allá, y se enfunda un vestidito rojo con su transparencia y todo, y lo acompaña de unas zapatillas negras. A mí esta combinación me parece tan arriesgada como favorecedora, eso sí, hay que tener poca edad, o al menos aparentarla.
INCLASIFICABLES:
He comenzado alabando el atrevimiento en los pies, y para ser consecuente, quiero terminar igual. Llevar ciertas –incluso muchas- dosis de audacia en el calzado, me parece meritorio, irónico, divertido y que denota una arrolladora personalidad. ¿Acaso no les parecen locos los zapatos que llevan la Duquesa de Alba, Suri Cruise y Lady Gaga? Seguro que las tres se llevarían bien: Mujeres de armas tomar, y con carácter.
¡Viva la locura en los pies!