¡Ay qué cruz con los Cruz! Repasamos la relación del clan ahora que Mónica dará un primo a Leo
Aunque en España las sagas suelen ser de varias generaciones (como los Molina, los Larrañaga-Merlo, o los Bardem…) existen casos de fama horizontal, o lo que es lo mismo, hermanas que triunfan al unísono. Cierto que siempre hay una que destaca sobre la otra, como ocurriera con Norma y la malograda Carla Duval, o en un estrato más ramplón las hermanas Valverde o las Abradelo. En el caso de Penélope y Mónica, resulta bastante evidente quién tira del carro y quién va a remolque. Repasamos la relación entre los miembros del clan ahora que Mónica coge el relevo de su hermana mayor con la maternidad. ¡Sí, va a darle un primo a Leo!
Lo que sigue siendo una incógnita es cómo son los padres de las Cruz. Ellos siempre han adoptado un segundo y discretísimo plano, tal vez porque están separados desde hace años y porque han volcado todas sus ilusiones y ansias de triunfo sobre sus retoños. Recordemos que son padres además de Eduardo Cruz, empeñado en triunfar en cualquier faceta artística e incluso por vía amorosa.
El núcleo familiar no se ha dejado ver unido; de hecho los progenitores parece incluso que se escondan. Para encontrar una estampa familiar donde se viera a padre y madre de la saga, hay que remontarse a 1999. En la presente instantánea, no aparece Mónica, pero sí los otros 4 integrantes del clan Cruz.
Alguna vez hemos visto a Encarnación Sánchez acompañando a sus hijas. Aquí por ejemplo, aunque se hace la despistada, acompaña a sus niñas (y al perro) con ademanes de madre protectora y parecido estilo chalequil de las actrices.
Encarnación, cual sumisa esposa de emperador nipón, camina por detrás de su hija artista, y me atrevería a decir incluso que la imita. La madre a la hija, sí. Looks sencillos y colores básicos, gafas de sol de “soy conocida pero voy de anónima”…
Y lo más impactante: ¡Ambas en bikini! A pesar de la evidente diferencia de edad, sorprende que para esta ocasión optaran por parecidos trajes de baño; es más, el de Encarna es más descocado que el de Penélope.
Eduardo Cruz, el padre, antaño se dejaba ver más y parecía ejercer de patriarca. Su look siempre ha sido muy personal y como el resto de la familia, con mucha querencia por los complementos. Sombreros, gafas y gorras son del gusto del señor Cruz, y los combina a placer cuando acude a ver sus hijos o cuando sale con su pareja.
Al ver estas instantáneas familiares, sólo nos queda preguntarnos ¿A quién se parecen los tres hijos, a papá o a mamá? En cuanto al estilo, la madre es más comedida, aunque no tiene carisma alguno. El padre, aunque gaste un look “Caño Roto Sound”, tiene cierta gracia.
Mónica, la eterna enchufada –pobre, aunque demuestre merecer un óscar, nadie le otorgaría mérito alguno- además de parecerse mucho a Penélope (la ha doblado en un spot y en películas mientras la primogénita estaba en estado) tiene un estilo más exagerado. Ahora que diseñan para Agent Provocateur (ya lo hicieron para otras firmas) tendrán que aunar criterios, algo que seguro no les costará, porque han declarado en alguna ocasión que desde pequeñas jugaban a diseñarse ropa. Una pena, que hoy recurran a estilistas y hayan dejado aquel talento olvidado.
No tienen demasiada gracia en cuanto a la vestimenta y tienden a la vulgaridad cuando de arreglarse se trata. Claro que cuando van informales, la cosa tampoco mejora.
el pequeño Eduardo, apareció para el gran público como pareja de Eva Longoria, y como buen yogurín hispano (se llevaban –y se siguen llevando si la linealidad del tiempo es la correcta- 10 años) lucía cadenas, tatús y aspecto de playboy de saldo, heredado de su padre, sin duda.
La punta de lanza de la familia en cuanto a fama, pero también a estilo es sin duda Penélope, una chica bien guapa, con cierto talento y que podría sacarse más partido. Si fuera más cercana con los medios en España, y si se dejara asesorar con estilo, como hacen actrices de menor proyección como Elena Anaya, ganaría mucho.
Pero lo cierto es que Penélope Cruz gusta por el aspecto de “chica Zara”, de “camarera mona”, o “triunfadora de San Sebastián de los Reyes”… títulos populacheros y de fácil identificación.
De señorona con chaqueta, de rosa palo ajustada, o en vaqueros jugando a ser una chica del montón… Penélope y su troupe son toda una saga, aunque se escondan o no quieran exponerse.