Querida Tatiana
Esto se veía venir, muy a mi pesar. Vale, sé cuándo debo retirarme y has ganado, Andrea Casighari mi Andrea se casa contigo. No voy a vengarme. No voy a vaticinar que te va a dar una mala vida sólo comparable a que los novios de tu suegra le han dado a ella. No, yo tengo buen perder y jamás se me ocurriría decir que se casa por tu dinero, bueno, por el de tu padre, porque mi querida Tati, el negocio ese de moda que hiciste con tu amiga te salió tirando a mal, no es por nada y no sabes cómo lo siento.
No, yo soy como otros malpensados que creen que el hecho de que tu padre y tu abuelo salgan todo el rato en la revista Forbes como unos de los mas millonarios del mundo ha influido en el corazón de MI Andrea. Yo creo en el amor sincero. En que él te ha elegido a ti por pura pasión, por un amor sin mácula, entre las miles de modelos, de actrices, de incluso escritoras con una experiencia, con unos años mas que él, como por ejemplo, sin ánimo, de malmeter: yo misma, que llevo mucho más tiempo que tu absolutamente enamorada de él.
Mira que es mala la gente, que dice que no entienden que una chica corrientita como tu haya conquistado el corazón del adalid del hombre que vuelve loca a cualquiera. Ese aristócrata de aire vampírico, rebelde, sofisticado, con un punto así como hippie y con los omóplatos mas perfectos que se han visto en toda la historia de la prensa del corazón. Ya a ser tuyo y deberás protegerte. Todos sabemos de su afición a la buena vida, las fiestas, las ojeras y las señoritas divertidas… pero bueno, seguro que sois muy felices, aunque él desaparezca durante tres días o leas rumores en la prensa de que está pues no sé con una escritora española… Tu no sufras, cariño, que la gente habla mucho. Espero que seais muy felices y comáis perdices muchas perdices hasta que reventéis, de dicha, claro.