Silvia Grijalba defiende la postura de quienes han sido jóvenes-estrella
Después de ver el vídeo de tu rueda de prensa intentando explicar el porqué de esas memorias en las que acusas a tus padres de haberte controlado en exceso y alguna cosa algo más grave, es difícil sacar la ironía.
Tengo que decirte que esto se veía venir. Como bien has dicho, lo de tu mala relación con el resto de la familia es algo que casi todo el mundo sabía, pero nadie se atrevía a comentar en los medios. Viéndote intentando ser dura, pero con el corazón en un puño, aguantando las lágrimas que al final han terminado saliendo, la verdad es que, por una vez, y sin que sirva de precedente, no puedo emplear el cinismo.
Algunos dicen que todo esto lo haces para sacar dinero, para vender mas libros, para recuperar lo material que crees que tu familia te debe. Pero, sinceramente, tu acto casi psicomágico suena más a recomendación de un psicólogo o de alguien que ha querido que saques todo lo oscuro que tienes dentro.
Otros se lo cuentan a sus amigos pero tu eres un personaje público y lo sacas en un libro. ¿Que te pagan dinero por ello? Pues no lo veo mal. En el fondo es una forma de resarcirte.
De todas formas la tuya es una historia que se ha repetido una y otra vez. El niño prodigio en algún aspecto, cuyos padres no está claro si se pasan a la hora de desarrollar su talento, las carencias de una infancia sometida a giras, rodajes eternos, entrenamientos durísimos, soledad y una madurez obligada y la rebelión cuando llega la madurez. En España tenemos varios ejemplos. Desde Marisol que, con su desnudo en Interviú, en el fondo, se estaba vengando de todo lo que le habían hecho los Goyanes; Joselito que no tuvo una madurez muy cabal que digamos y ya no hablemos de las estrellas de Hollywood.
Lo tuyo no es nada nuevo, por si a ti y a tus padres os sirve de consuelo. En ese comunicado es como si quisieras quitar hierro al asunto, adviertes que los padres lo hacen lo mejor que pueden, pero que los tuyos se equivocaron. Quizá sirva para que volváis a ser esa familia guapa, rica, sana y feliz que todos pensábamos hace años que erais. Si no, pues ya tienes la tuya. Y llora como mujer lo que no pudiste llorar como deportista, que es muy bueno para el cutis.