"Carlota, sigues los malos pasos de tu madre y de tu tía"
"Al contrario que ellas, ahora vas y nos sales con un señor tirando a bastante feo"
Querida Carlota
Desgraciadamente, desde que naciste, esto se veía venir. Tu caso me recuerda al de la Princesa Durmiente. Esa que cae bajo el hechizo de una bruja que, al nacer, vaticina que tendrá una gran desgracia y, por mucho cuidado que ponen, al final, por un pinchazo de una aguja, termina durmiendo casi eternamente, hasta que llega el Príncipe Azul que la besa.
Pues cuando tu naciste, seguro que tu madre rogó a todos los dioses que te parecieras a tu abuela Grace. No físicamente, los genes ya estaban asegurados, tus padres eran guapísimos, tu abuela también, y no ibas a tener la mala suerte de parecerte a Rainiero. Sino a la hora de labrarte tu futuro que, siendo princesa, consiste en casarse bien. Carolina y Estefanía han tenido siempre un gusto certero con los hombres. Toda la vida han elegido lo peor del mercado. Y tu madre te vería en la cuna y pensaría: “por Dios que Carlotta busque a un hombre que no sea un sinvergüenza, ni alcohólico, con algo de dinero y que la trate bien”.
Creciste y tu madre y tu tía y todos nosotros estábamos contentos. Elegías a algún millonario e incluso Alex Dellal, galerista incipiente, hijo de una modelo de Yves St Laurent y nieto de Mario Tessino, el gran fotógrafo, le daba como caché a la frivolidad monegasca. Pero no, rompisteis, y ahora vas y nos sales con un señor tirando a bastante feo (al menos tu tía y tu madre los elegían bastante guapos), que te lleva 15 años, seductor profesional y actor, Gad Elmaleh.
Sí, ya, tu madre estuvo con Vicent Lindon pero es que hay deslices principescos que todas podemos entender, no podía ser más guapo, pero qué has visto, mujer, en este actor francés… ya sabemos que la cosa exótica que te atrae, Alex tenía ascendencia hindú y Gad Elmaleh, marroquí Pero mujer de Dios, que le conociste, según Paris Mach el 28 de diciembre, en fin, no haremos comentarios sobre la fecha, y el 31 ya te pillan saliendo de su apartamento por la mañana. Que eres una princesa.
Que conste que a mi me parece todo esto bien. Que soy la primera que, como puede observarse porque aquí estoy trabajando y no comprando bolsos de 6000 euros en la Milla de Oro, nunca me he fijado en un hombre por su cartera ni su posición. Pero Carlota, tu eres un arquetipo y ya que tus antepasadas no han sabido hacerlo, podías hacernos el regalo de ser una princesa como las de cuento, que al menos tú, que eres rica, guapa, políglota y sospecho que lista, encuentres lo que tópicamente se conoce como un príncipe azul. No sé, un jugador de polo guapísimo, un galerista ideal, un intelectual millonario… Pero nada, la pobre Grace debe estar tirándose de los pelos… Y tu madre ya no digamos.