"Helen, Denver no es precisamente LA"
'Allí hay -32º, cuando no puedas salir de casa, piensa que el amor puede con todo'
Querida Helen Lindes
Esto se veía venir. Echarse de novio a un jugador de baloncesto es como liarse con un corresponsal o un diplomático, una, al final termina siguiéndole al país donde le envían. Te has ido a Denver, siguiendo a tu Rudy Fernández, como bien has explicado en tu twitter, y la experiencia te parece muy interesante…
No querría yo aguarte la fiesta. Y el amor es el amor y es suficiente para ser feliz en una cuidad como Denver. Yo, si estuviera saliendo con Rudy Fernández también le seguiría aunque fuera a no sé, Albacete (con todos mis respetos por esa ciudad que injustamente se pone siempre con epítome de ciudad fea y aburrida) pero, hombre, esto no es como la Pataky, como Pe, como Paz Vega, no te estás yendo a Los Angeles ni a Nueva York, sí, vas a América, pero Denver no es precisamente la juerga de cuidad, hace un frío y un calor que pelan y para una modelo tampoco es la gran Meca.
Te digo esto para que luego no digas que no te lo advertimos. Que sepas que ese sitio tiene temperaturas máximas de 41 grados y mínimas de -32, con cual, cuando estés metida en casa sin poder salir por el frío, especialmente estos primeros meses, piensa en que el amor puede con todo y no desesperes, sólo quedan cuatro meses para que llegue la primavera a Denver.
La verdad es que viendo la trayectoria de los jugadores de baloncesto, que se han convertido en una especie de nuevas estrellas de rock, no haces mal en ir con Rudy. El parece buen chico, pero esas noches de frío de Denver, las copas con los amigos, los mensajitos del móvil… Si no que se lo digan a la pobre Eva Longoria, que sabe mucho de baloncestistas infieles.
Si ella, que es el colmo de los sexy, tuvo que padecer eso, ninguna, ni una Miss España como tú sale indemne. De todas formas espero que la razón de acompañarle no sea esa. La pareja, como dicen en las revistas femeninas y en los libros de autoayuda, debe basarse en la confianza mutua… y las razones de acompañarle deben ser generosas, por amor puro y duro, no para controlarle. Pero, mira Lindes, somos humanas, y si hay algo de necesidad de marcar territorio, que ya se sabe cómo son las groupies del baloncesto, pues también lo entendemos.
Aquí, en Divinity, somos muy de liarnos la manta a la cabeza. Y tampoco puede decirse que estés sacrificando una carrera como top model por seguir a tu chico (esto dicho desde todo el respeto) así que te deseamos que seas feliz y, eso sí, que cuando estés sudando la gota gorda, en pleno agosto, por aquello del clima entre tropical y siberiano de Denver, no le eches en cara a tu chico que te ha arrastrado hasta esa ciudad en medio de la nada. El amor es así, generoso y loco.