Querida Fiona;
Tus allegados ya lo sabían desde hacía algún tiempo y dirán aquello de "ya lo veíamos venir", pero lo cierto es que, por experiencia propia te lo digo, cuando te casaste, pensé: lo han fastidiado. Así que la noticia de tu separación física encaja perfectamente en esta sección de cartas premonitorias. Lo de la separación física me ha gustado, quiero decir: no me alegra, yo soy muy sentida para estas cosas, pero que como concepto me gusta. Es algo así como la disolución temporal de la convivencia, pero mas moderna y mas real.
Efectivamente, tu marido trabaja la mayor parte del tiempo en Latinoamérica y tu aquí. Esta separación demuestra que, aunque algunos se empeñen en pensar lo contrario, tu eres una profesional, una mujer que tiene un trabajo, no una actividad de esas que algunas toman para tener su independencia económica, y que no puedes irte así como así a Latinoamérica.
Tu boda fue probablemente la más estilosa que ha publicado el 'Hola'. Tu traje impecable, las damas de honor perfectas y, excepto algún modelo de alguna invitada, que tu no podías controlar y que desmereció un poquito la estética general, todo fue perfecto, como para grabarlo y ponerlo en el manual de la boda perfecta.
Pero vosotros llevábais ya muchos años juntos y, pese a mi romanticismo endémico, o quizá por ello, soy de las que piensa que cuando uno se casa hay algo que cambia y normalmente no es a mejor. Mira que tú, que siempre has sido una mujer con éxito, con una empresa que has llevado con 'charme' e inteligencia, estabas en tu mejor momento.
Con tu libro de las waku girls en la calle, con tus negocios en alza… pero a veces, y no digo que sea el caso, porque no te conozco de nada, tanto éxito, aunque sea inconscientemente, hace que un hombre, incluso un Polanco poderoso como el tuyo, no acabe de aceptarlo. La vida es así y ser una waku girl a veces tiene su precio.
A la mayoría de los hombres, ya lo sabemos, les gusta que su mujer tenga cierto éxito profesional, pero tampoco excesivo. Que el brillo no ciegue a la gente a la hora de mirarle a él. Es un impulso primigenio, absurdo, pero existe. Y a lo mejor a ti no te ha pasado, pero como epítome de la mujer triunfadora, guapa, con clase, bien relacionada y encantadora.
Eso de que no hayáis iniciado los trámites legales, nos da esperanzas. Lo que no sé yo si me da tantas es que os llevéis tan bien. Cuando una pareja española se separa en plan tan sueco, es que ya no hay mucho donde rascar. Ojalá me equivoque. Pero aunque soy la mejor ex posible y considero que las antiguas parejas son parte de tu familia para siempre, la única forma de que haya opción a volver es romper a lo Burton y Taylor, si todo es en plan buen rollo, el asunto se convierte en hermandad.