Este fin de semana, Naelé Tablada y Adrián Chamorro se daban el sí quiero en una finca en Guadarrama, Madrid. La hermana pequeña de Elena Tablada y su pareja contraían matrimonio en una original ceremonia en la que Kiko Rivera hacía bailar a los invitados con alguno de sus temas. Pero el enlace contó con otra protagonista inesperada: la sobrina de la novia, Ella Bisbal.
La hija de Elena Tablada y David Bisbal ejercía de niña de arras en la boda, precediendo a su tía en el camino al altar, arrojando pétalos. Y en un momento en el que se encontraba cerca de los novios ha protagonizado una divertida escena. El cura que oficiaba la ceremonia se ha puesto a hablar con ella, preguntándole por los días de la semana. "¿Sabes por qué se llama lunes?", le preguntaba a la niña. "No lo sé”, contestaba ella. "Por la luna. ¿Martes?", le inquiría el párroco. "Miércoles", respondía Ella despertando las risas de los invitados. "No te vayas al fin de semana, que te encanta", le replicaba él.
La boda de Naelé se celebra seis meses después de la unión de Elena con Javier Ungría en La Habana. Y horas antes del enlace, Elena quería tener un detalle con su hermana. Lo hacía publicando un mensaje muy cariñoso en su cuenta de Instagram, junto a una foto de ambas en un barco: "Seguimos recorriendo caminos juntas. Hoy, el mejor capítulo de tu libro. Lleno del amor y el cariño que despiertas en cada uno de los que te conocemos. Disfruta tu día, disfruta tu vida... lo mejor está por llegar!", rezaba el texto.
La presencia de Ella en las redes sociales de su madre fue objeto de una batalla judicial entre Tablada y Bisbal hace unos meses. Y la sentencia acabó prohibiendo que Ella pudiese ser asociada a alguna marca en las publicaciones de su madre, que tampoco puede publicar fotos de su rostro ni exponerla públicamente a los medios. Con la decisión judicial, la diseñadora reducía la presencia de su hija en sus redes. Pero hace unos días no podía evitar compartir un regalo que le había hecho la pequeña.
En un trabajo escolar Ella tenía que dibujar a alguien "a quien quieras mucho". La niña escogía a su madre y pintaba dos muñecas rodeadas de corazones. "¿Por qué la quieres tanto?", preguntaba el ejercicio. "Porque me trata bien", explicaba la niña. Un test entrañable del que Elena presumía con orgullo.