La boda de María Pombo está a la vuelta de la esquina. La influencer se casa con Pablo Castellanos el próximo 22 de junio en Cantabria. Y, desde que anunció la noticia, ha querido mantener a sus seguidores al tanto de todos los detalles.
Una de las principales incógnitas consiste en el vestido escogido para el gran día. Y ahora María por fin ha visto el resultado definitivo del diseño, que está realizando en Barcelona. Tras la última prueba de vestido antes del enlace, ha querido compartir sus impresiones con todos sus seguidores.
"Os tengo que contar que no puedo estar más feliz y más emocionada. Ahora ya empiezo a notar un poquito los nervios, porque hoy ya me he visto tal cual voy a estar el día de mi boda", ha comentado en sus stories de Instagram. "Al final, por cierto, no tengo que volver a Barcelona, porque está perfecto. Bueno, me tienen que arreglar un poco el bajo y tal, pero ya me lo mandan directo, y estoy superfeliz. Es el vestido de mis sueños, y creo que os voy a sorprender, ha comentado con una sonrisa.
Este mismo mes de mayo, María y Pablo celebraban su pedida de mano. Una cena íntima con las familias de ambos, a la que luego se unieron los amigos de la pareja. Para la ocasión contó con un vestido amarillo de From Lista With Love. Optó también por ondas al agua y maquillaje muy natural: un look que Rebeca Terán nos enseñó a conseguir, paso a paso. "No sé lo que sentiré en la boda, pero como se parezca tan solo un poco a esto, seré la persona más feliz del mundo. Lo que vivimos ayer ha dejado el listón muy, muy alto", comentaba entonces.
Ahora, en sus últimos stories, María ha hablado del anillo de pedida, aprovechando para desmentir un rumor que indicaba que habría perdido la pieza. La influencer ha mostrado a cámara que lo tiene guardado, y que utiliza uno muy parecido para el día a día: "Es tan sumamente especial que me da terror perderlo o que pase algo con él, lo uso para eventos especiales". Además, ha prometido a sus seguidores enseñar, en cuanto pueda, las invitaciones del enlace.
Mayo ha venido cargado de celebraciones: hace unas semanas, sus amigas le organizaron también su despedida de soltera. Fue en Lisboa, con muchas sorpresas y alguna que otra misión para la novia. "Me están haciendo pruebas muy raras por todo Lisboa, lo estoy pasando fatal", aseguraba. Y, por supuesto, con uniforme para la ocasión: vestida de patata frita por las calles de la capital portuguesa.