Tamara Gorro desveló hace unas semanas su nuevo proyecto profesional, en el que la hemos visto más 'personal trainer' que nunca. Y lo cierto es que la vida familiar y los muchos compromisos profesionales mantienen muy ocupada a la madrileña, que apenas puede encontrar tiempo para dedicarse a sí misma. Así que ha decidido cortar por lo sano y sacar algo de tiempo para ella.
"Bueno, ¿sabéis lo que voy a hacer hoy? Me voy a tomar la mañana para mí. Me voy a ir de compras. Por tres motivos muy sencillos. Uno, porque me da la gana. Dos, porque hace siglos que no me voy de compras, y menos yo sola, eso es algo que ya tenía descartadísimo, que era imposible. Y tres, y el más importante, porque una necesita siempre tiempo para sí misma", ha anunciado en sus stories de Instagram.
Tamara ha escogido un look para la ocasión, se ha arreglado y ha salido a las calles del centro de Valencia, la ciudad en la vive desde el fichaje de su marido, el futbolista Ezequiel Garay, por el Valencia CF hace ya casi dos años. Tamara se las prometía felices, pero la mañana de relax, paseos y compras que tenía en mente ha brillado por su ausencia.
Tras un desayuno para coger fuerzas, Tamara ha iniciado la ruta, pero a los pocos minutos ha empezado a subir vídeos a sus stories, bastante agobiada. La presentadora se ha extraviado en pleno centro: "No se puede ser más tonta que yo, ¿os podéis creer que me he perdido? Estoy dando vueltas por las calles de Valencia sin saber dónde estoy. Es que sé dónde quiero ir, pero no sé dónde estoy, ni sé cómo se llama… Que estoy perdiendo tiempo y supuestamente me iba de compras", se ha lamentado.
La "tensión" ha ido creciendo, y Tamara ha decidido tomar medidas y tirar de un recurso muy socorrido: preguntar por la calle. Pero tampoco así ha tenido éxito: "Oiga, usted, perdone, ¿me podría decir dónde estoy?". La respuesta no ha sido la esperada: "¡Y encima me toca un italiano! La madre que me parió, ¡que no sé dónde estoy!", se ha reído. A la segunda ha ido a la vencida, y alguien le ha confirmado que efectivamente se encontraba en el centro de la ciudad.
Desde entonces, todo ha ido a mejor. "Estoy escuchando las campanitas, eso quiere decir que estoy cerca de una iglesia central, sigamos las campanitas", ha confirmado, feliz. Al cabo de un rato, Tamara anunciaba a bombo platillo en sus stories, y desde la céntrica Estació del Nord, que por fin se había encontrado.
Ya a la hora de comer, junto a Ezequiel, Tamara ha subido alguna imagen con las secuelas de la mañana y ha querido sacar conclusiones sobre la fallida experiencia: "Vamos a ver, os voy a contar cómo ha sido mi mañana. Tengo los pies llenos de heridas y llevo zapatillas. También me duele la ingle. Definitivamente no valgo para irme de compras, tengo que coger la costumbre", ha comentado entre risas.