Exponer el día a día en las redes sociales es un arma de doble filo para muchas celebrities. Esto lo sabe bien Tania Llasera, que tiene que lidiar cada cierto tiempo con las opiniones sobre su vida privada. La presentadora ha tenido que dar explicaciones por casi todo: desde los comentarios que le hace a su marido, hasta sus subidas y bajadas de peso, pasando por tener que llevar a su perra a vivir con su hermano.
La última polémica ha llegado con una de sus últimas publicaciones en Instagram: una foto en la playa con sus dos hijos, Lucía Lennox y Pepe Bowie, en la que reconocía estar exhausta tras un viaje muy movidito: “Hoy estoy muerta, ¡y eso que he dormido! La verdad es que tengo resaca de los días de playa 🏖 el viaje de ida y vuelta, los niños que son preciosos pero muy intensos, mi vida laboral, mi casa, cocinar, ir a la compra y todo esto con una sonrisa lo digo. Estoy muy cansada y hoy tengo el encefalograma plano".
Sus declaraciones han generado críticas por parte de quienes creen que Tania se queja demasiado y vive una vida muy cómoda, y la bilbaína ha querido contestar a sus haters. Lo ha hecho mediante sus stories de Instagram, a través de los cuales se ha explayado al respecto:
“Lo digo para todos aquellos que no entienden o no tienen la empatía de entender cuando me quejo. Ya sé que tengo un vida cojonuda, un trabajo cojonudo y todo lo que queráis, pero tengo todo el derecho a quejarme. Como todo en la vida, sobre todo en la redes sociales, no es oro todo lo que reluce y obviamente me quejo de lo que me sale del mismísimo moño: que tengo un grano, que me duelen las manos por haber usado un destornillador…".
Tania ha lamentado en sus stories que no haya un poco más de comprensión y de respeto, así como ha querido reivindicar su libertad de decir y expresar lo que considera: "Me parece muy fuerte que no haya sororidad entre nosotras. Esta es mi red social, yo me llamo Tania María Llasera Alberdi, al que no le guste bien, me parece estupendo, ya sabe dónde está la puerta; y al que le guste, fenomenal. Y voy a quejarme todo lo que me dé la gana, si estoy cansada o si me pica la nariz”.
Por suerte, también son muchos los mensajes positivos que recibe la presentadora, y también ha querido dejarlo claro: “Hay mucho gente que lo entiende la gente, ojo cuidado. Hay mucha gente que me dice "Oye, por favor, compraos una vida, dejad de criticar, un poco de sororidad y un poquito de amor entre hermanas compañeras del pañal". Y menos mal, me da mucha tranquilidad saber que somos más las que entendemos y menos las que no entienden, pero bueno, me toca la fibra de vez en cuando y me pongo farruca.
Tania ha acabado su reivindicación con una reflexión general, intentando quitarle importancia al asunto: "Debería haber un filtro de la felicidad, pero aun así yo creo que soy bastante feliz, no me quejo tanto… Y además si me quejo qué pasa, soy humana, tengo vida, me pasan cosas, puedo llorar y quejarme. Y ahora con mucha felicidad voy a cambiar un apestoso pañal”, ha rematado, mientras preguntaba a Pepe Bowie si había terminado.