Cómo vestir la espalda de nadadora de Charlene
Ya se sabe los trucos estilísticos de palacio
Por mucho que tratemos de encontrar similitudes entre Charlene Wittstock y Grace Kelly (como hace tan sólo unos meses replicábamos con Kate Middleton y Diana de Gales), lo cierto es que las dos princesas de Mónaco no podrían estar más lejos. Sus bagajes personales son absolutamente diferentes, igual que sus estilos. No sólo ya por la época, sino por las necesidades estilísticas de cada uno. Grace era una pequeña Barbie, mientras Charlene es más atlética.
Charlene ya podría ocupar el podio de la princesa europea más deportista. Al fin y al cabo es la única que ha participado en unas Olimpiadas (Sidney 2000, donde conoció a Alberto de Mónaco), ya que es gran amante de la natación desde que era pequeña. Buena fe de ello dan sus brazos musculosos y su gran espalda.
Ese cuerpo evidentemente atlético puede, sin embargo, jugarle alguna mala pasada... Un escote demasiado prominente, unos tirantes en el lugar equivocado, un cruce de brazos poco natural, et voilà... ya tenemos a una chica a la que la ropa de gala parece que le viene demasiado grande. ¡Ojo! No es el caso, Charlene está muy bien asesorada y ha aprendido a camuflar su tronco deportista como si le fuera la vida en ello.
¿Cómo? Pues con chaquetitas negras (los colores oscuros estilizan, ya lo sabemos), con vestidos estructurados, escotes asimétricos o pamelas que desvíen la atención de los prominentes hombros... Y realmente lo logra... ¿o no es fuerte el cambio que ha hecho esta crisálida? Ya está convertida en mariposa, dominando los actos institucionales y logrando que ese cuerpo serrano juegue bien a su favor.
Bien pensado... Grace Kelly hubiera hecho lo mismo. Así que al final no parecen ser tan diferentes, ¿no?