Ana Belén, con un Sybilla de 1996
La cantante hizo una oda a toda una generación de la moda española
En el evento que organizó la Fundació Lluita contra la sida el pasado 1 de diciembre vimos a una Ana Belén que, a pesar de prácticamente haber desaparecido del panorama canapero, sabe hacer una gran entrada cuando regresa.
El vestido que llevaba no era, por cierto, ningún avance de colección de esos a los que las estrellas nos tienen acostombrados, sino una pieza de museo. Se trata del modelo España, ideado por Sybilla en 1996 y que, como ven, no ha quedado para nada desactualizado. Según contó la diseñadora al Museo del traje cuando lo cedió, la idea de crearlo le sobrevino después de que nuestro país tomase relevancia mundial tras un 1992 inundado de Expos, Juegos olímicos, centenarios del descubrimiento de América y capitalidades culturales (Madrid).
La pieza, en crespón de seda negra (un habitual en Sybilla, adicta al negro), es de tirantes y tiene en su escote frontal una alegoría de su carácter español: cuernos (del toro), una cruz latina y el sol. Esas piezas están unidas con hilo de nylon transparente y elaboran un trampantojo visual. Es como si los retales de tela estuvieran flotando alrededor del pecho, cubriéndolo casi como un tatuaje.
Sophia Kokosalaki, por cierto, le copió la inspiración, y presentó en 2008 una línea muy similar, pero los cortes de tela estaban unidos por arandelas metálicas. Gwyneth Paltrow vistió uno de sus modelos (carentes ya de cualquier simbología patriótica), tan adicta como es ella a los trampantojos y a los cut-outs que tan de moda están ahora. Preen también se lanzó con ideas similares, pero ya aderezadas con gasa y mucho menos elaboradas.
Sorprende, sin embargo que un vestido como este salga a la calle sin noticias en los medios, mientras que el modelito Gucci de transparencias que se puso Malena Costa acapare titulares y se compare con sus predecesoras. Lo que se dice falta de memoria histórica.