Pippa ya tiene camiseta embigotada
No se vayan a pensar, por el titular, que se acabó eso de la depilación bigotil femenina. El asunto es mucho más enrevesado: toca seguir quitándose el mostacho, para poder añadir con orgullo y desparpajo uno de mentira y bien poblado a lo Groucho Marx o Cantinflas.
En el mundo celebrity parecen estar bastante al tanto de la tendencia. Miley Cyrus, por ejemplo, celebró con un bigote de mentira su llegada a los 100.000 followers en Twitter. No era la primera vez que rellenaba su cara de vello, lleva todo el año bromeando con los apósitos pegajosos.
Jessica Biel hizo lo propio el pasado julio en la Comic Con. Si quería hacerse notar, lo logró. Sus rostro quedó impregnado del bigote característico de Astérix. Por muy raro que parezca, no está sola en esa curiosa (e inexplicable) azaña. Justin Bieber también ha saboreado las mieles del mostacho (sí, en la vida real el muchacho no tiene más que pelusilla), así como Sarah Silvermann, Katy Perry o Sofía Vergara. La lista, como se imaginarán, es larga.
De hecho, la tendencia ya ha traspasado la mera broma y ahora podemos encontrar el famoso apósito falso en tazas, colgantes o tatuajes. ¿Se imaginan a la omnipresente Pippa Middleton con barba? Dejen de soñar y compren esta camiseta de la hermanísima luciendo bigote. En la misma tienda y similar posición encontrarán a Rihanna, la Reina de Inglaterra, Kate Moss y Amy Winehouse. Los precios oscilan entre los 25 y los 39 euros, porque nadie dijo que tener una camiseta con bigotes fuera económico.
Lejos quedaron aquellos tiempos en que nos sorprendían los anuncios de Got Milk! destinados a fomentar los lácteos entre la población infantil. El bigotito de leche que las famosas se dejaban maquillar para las campañas publicitarias ha acabado por convertirse en una mera anécdota. Ahora lo que se lleva es el pelo artificial.