El presidente del Gobierno prometía tener estilazo y porte, pero está fallando
Cualquiera diría que hace tan solo unos meses ensalzamos el estilo de Mariano Rajoy frente al de su oponente político, Alfredo Pérez Rubalcaba (aunque no nos olvidamos de su tinte a ras de patilla). Hoy, pasados más de 100 días de que comenzase su mandato, volvemos a poner su estilo en la palestra.
Y lo que vemos no nos gusta. En cierto modo, es como si el señor Rajoy se hubiera abandonado al mismo ritmo que aumenta la prima de riesgo española. ¿Dónde está Viri cuando más la necesitamos?
Nuestro insigne presidente estuvo en Colombia, enseñando que a veces se descuida y la camisa llega (bastante) más abajo que la chaqueta que, por cierto, es muy holgada. Como si se la hubiera comprado en vacas gordas y ahora estuviera... bueno, ya saben.
Lo cierto es que su forma de abrochar la chaqueta, con un solo botón (y dejando entrever la corbata, cosa que también hizo con sus europartners mientras ponía cara de póker) tampoco resultó de lo más apropiado. ¿Acaso se imaginan al Príncipe Carlos cometer tal aberración estética? Pues nosotros aspiramos a que nuestro representante internacional (Juan Carlos mediante), que tendría que usar un traductor simultáneo para comunicarse con el heredero británico, al menos estuviese a su altura y su porte estético.
Me dirán que las quejas (y la comparación) son para nota. Pilladas (un poco) por los pelos. Les tendré que dar la razón, pero añadiré que son la continuación de otros fallos estilísticos más flagrantes: ¿qué me dicen de esa chaquetita verde jaspeada que llevaba hace no mucho en la Moncloa? Para una vez que decide ponerse una talla más ajustada... ¡va y se pasa de tight! Es como Jaimito volviendo al cole con el mismo uniforme años después. Además, no es por pasarme de pesada, pero una vez más, la puntita de la corbata asoma...
Querido Señor Presidente, desde Divinity vamos a osar darle algunos consejos para mejorar su look, por si quisiera hacernos caso:
Y eso es todo. Con unos cuantos retoques, que no recortes, creemos que nos vamos a ir entendiendo. Y después, cada uno a lo suyo.