¿Acaso Pamela Anderson puede ser un modelo a seguir?
Llega el verano, la ropa cómoda y una se pregunta... ¿escondo el sujetador o dejo que se insinúen tirantes y copas? Las radicales seguro tendrán una respuesta rápida: el espectro recatado se coserá el sujetador en el interior de la camiseta para que no se vea, mientras que las más despendoladas buscarán las camisas con tela más fina para marcar más la ropa interior. ¿Dónde se queda el centro de la horquilla femenina?
Si nos atenemos a las famosas, lo primero que vemos es que hay un gran amplio sector que SÍ enseña el sujetador en determinadas ocasiones: las blusas de organza y transparencia son el momento perfecto para sacar ese La Perla negro que completa el estilismo. Y no necesariamente son las más exhibicionistas de la pista.
Ahí tienen a Amanda Hearst (con su camisa de topos y una falda de cuero), Beatriz Montañez (llamando más la atención por sus gafas de pasta a deshora) o la mismísima Charlize Theron, que no dudó en ir a las presentaciones de Blancanieves a sujetador descubierto. Nada que no hiciera Britney Spears hace la tana de años con altas dosis de sensualidad y, curiosamente, de modo muy elegante. Hasta aquí todo correcto.
La duda está en cuando alguien va vestida y, como Soraya, deja entrever las copas de un sujetador (que parece ortopédico, todo sea dicho). ¿Es eso elegante? Para gustos los colores, pero parece un poco llamar la atención sin necesidad. Querida: ya sabemos que tienes pechos. El caso de Bimba Bosé es diferente. Lo suyo parece más un quiero y no puedo. Todo indica que quería hacerse un Nieves Álvarez con esmoquin de YSL, pero le faltó valor y acabó añadiendo un sujetador básico al estilismo que, realmente, ni desentona ni entona con el conjunto.
Lo de la camiseta sin mangas pero con la apertura de los brazos hasta el ombligo que lleva Miley Cyrus sí que es para hacérselo mirar. Ni en las mejores barriadas osan combinar blanco con rojo de una forma tan ordinaria. Gwen Stefani tampoco se queda atrás y combina su sujetador negro (podríamos ver hasta la marca y la talla si nos acercásemos) con un vestido piscinero carente de absoluto glamour, pero la que nos convence realmente (para no querer seguir la tendencia camiseteril tan holgada y dejada que deja ver los sujetadores, se entiende) es Pamela Anderson. Ella de por sí ya da escalofríos (qué forma tan natural de convertirse en un esperpento de sí misma), pero con un sujetador coral de encaje bajo una camiseta de algodón tan random como la mejor... sobrepasa cualquier límite de white trash. ¿Es acaso este el modelo que queremos seguir? Ustedes deciden.