Las similitudes ya son obvias. La actriz Keira Knightley lleva años transmutándose en una de sus actrices favoritas (de ella y de muchos de nosotros, quiero decir), Katharine Hepburn. Los parecidos van más allá de la K con que empiezan sus nombres (si las pillan las Kardashian las demandan). Con su gusto por películas ambientadas en la primera mitad del s. XX (y también de época), Keira parece seguir la estela profesional de Hepburn. Y también la estilística.
En el rodaje de su nueva película, " Can a Song change your life?", junto al cantante Adam Levine, la similitud estética con Hepburn es aún más acusada. Vestidos por debajo de la rodilla que dejan entrever su escuálida figura, pantalones con cintura alta y zapatos que componen un look tan andrógino como el de la diva de los años dorados, etc. Todo son detalles que nos llevan a recordar a la Hepburn en estado puro.
Pero la cosa no se queda en rodajes. Keira también homenajea a la diva en su día a día ( los trajes masculinos de Hepburn parecen influencia soberanamente su atuendo más informal) y en las alfombras rojas, decantándose muchas veces por vestidos que recuerdan a los años
40 Y 50.
Ambas tienen en común su espíritu reivindicativo. Knightley es de las que lucha para que no le retoquen sus pechos en busca de un mayor tamaño, mientras que Hepburn fue abanderada de las mujeres en pantalones durante una época en que la falda era lo habitual.
Mientras que ya hay libros para aprender a vestirse como Katharine Hepburn (y probablemente Keira los haya leido, subrayado y estudiado), todavía nos queda por ver en qué evolucionará la delgada británica. Por ahora está dejando su huella personal (muy alejada de las voluptuosidades y excentricidades de Hollywood) en cada alfombra roja que pisa. Eso ya es un comienzo.