La tendencia se arrastra desde el verano, y mantiene su fuerza.
Ya lo decían todas las quinielas. Este verano se iba a llevar el fucsia para los labios. Nada fuera de lo normal. Las temporadas estivales son tiempo de emplorar los conceptos más brillantes (¿recuerdan el año pasado y la locura en coral?). Pero entonces llegó el festival de Cannes y Gwen Stefani, adoradora del rojo desde que el mundo es mundo decidió optar por otro tono de su labial de L'Oréal Paris. Que para algo es imagen. Entonces todo cambió.
Lo que parecía una tendencia dispuesta a acabar en fracaso, como cualquier amor de verano que se precie, ha demostrado saber resistir con soltura el paso de los meses. Es más, se ha colado en las alfombras rojas más codiciadas como si fuese un clásico atemporal y no una reminiscencia de los neones de los 80.
En octubre Kelly Osbourne desvió la atención de las raíces de su pelo sin teñir con unos labios que decían "aquí estoy yo" mientras celebraba el cumple de Material Girl. Con algo más de gracia y desparpajo nuestra próxima gurusa bellezil, Lauren Conrad, hacía lo propio en una fiesta canapera. Por supuesto, pegada a la tendencia como está, no faltó su vestido de paillettes.
En estas últimas semanas hemos visto más y más labios: Nicki Minaj los combinaba con una melena igual de discreta al recoger premios y premios en los American Music Awards, donde coincidió con Jennifer Hudson, vestida de burbuja freixenet y que dio brillo a su boquita de piñón con... adivinen qué color.
Tampoco Charlize Theron ha pasado por alto la sentencia de que el rosa es el nuevo rojo. La musa de Dior se presentó tan impecable como habitualmente en los Gotham Awards, donde fue homenajeada. En los labios un tono con un pigmento muy vivo que, lamentándolo por las discretas, todavía va a dar mucho que hablar.