La línea recta no es sólo para el verano
Pippa y Michelle Williams, dos formas opuestas de vestirse
Quizá estábamos equivocados al pensar que las rayas eran para el verano. Uno de esos estampados marineros que siempre triunfan y traen frescor (un frescor blanco y azul marino) a los estilismos de agosto. Pero parece que no, la línea recta también quiere conquistar nuestros armarios de invierno.
Y lo piensa hacer desde cualquier óptica desde la que queramos mirarla. Las más clásicas preferirán ceñirse a su sentido horizontal en tonos claros y oscuros. Pueden tomar ejemplo de Rosie Huntington-Whiteley, Selma Blair (¡vaya abrigo náutico!) o Katie Holmes (que, por cierto, ya pasó por mejores años estilísticos).
El toque elegante dentro de la gama tradicional lo logra, sin que sirva de precedente Ashley Tisdale. La otrora estrellita Disney apuesta por combinar la raya marinera con una falda de cuero con mucho volante y unos botines infinitos. Una combinación sensual, pero sin pasarse.
Las que, en el otro extremo, sean de rayas a muerte, pueden buscar estilismos que combinen con sus eventos de gala. Mariola Fuentes, en terreno patrio, sorprendió a propios y extraños con este vestido rojo y gris con rayas dándolo todo a nivel efecto óptico, en el estreno de La voz dormida. La actriz Noomie Rapace combinó rayas dignas de Beetlejuice (ya Elsa Pataky le había hecho un homenaje) en un vestido con parte superior de círculos. Es el todo o nada en versión Carolina Herrera. Más discreta y sobria fue Taylor Swift, vestida de Tracy Reese, a la presentación de su primer perfume: Wonderstruck.
Las rayas, como todo estampado de vecino, proporciona aciertos y errores. Por ejemplo, ¿qué hacía Pippa Middleton con esa falda de algodón (permítanme dudar que no sea una camiseta playera veraniega) en pleno invierno londinense? Solo ella, y quien la alza a icono de la moda, lo saben. Sin embargo fíjense qué monérrima iba Michelle Williams en topo y granate hace tan solo unos días en L. A. Las comparaciones, a veces, son odiosas.