La alfombra roja: la pasarela más exigente, ¿o no?
No diremos que vestirse con prendas low cost (aquí entra la santísima trinidad+1: Zara, Mango, H&M y TopShop) es lo más de lo más en Hollywood. De hecho ahora mismo la tendencia de pagar menos por las prendas es puramente testimonial en Rodeo Drive. Pero esos ínfimos testimonios nos hacen pensar que algo está (realmente) cambiando. ¿Y si la moda se midiese por algo más que el dinero que cuesta?
El hecho de que Amanda Seyfried se presentase hace tan solo unas semanas con un modelito de H&M a uno de los estrenos de In Time, nos hace pensar que en este mundo frívolo y consentido que es Hollywood hay sitio para más prendas que Lanvines, Chaneles y Diores. De hecho, ¿quien diría que la ropa de Miss Seyfried no es de alta gama?
No es un detalle aislado. El mes pasado era Katie Holmes la que elegía una falda naranja para uno de sus fashionistas looks y el pasado abril Selma Blair también apostó por la cadena sueca para un evento benéfico de Coach (como atestigua su bolso, de la firma norteamericana). El modelito en tono hueso no le podía sentar mejor. No tenemos ni que hablar de la afición de las hermanas Middleton por Zara, que también llega a nuestra Casa Real española.
El gran hit de Amancio es sin duda uno de sus vestidos de este verano. Hasta cuatro famosas distintas decidieron ponérselo, alzándolo casi a objeto de culto. De izquierda a derecha: Rebecca Ferguson, Olivia Palermo, Helen Rivas y Denise Van Outen disfrutando con sus flores zareras.
En el Costume Institute Gala del pasado mayo Ginnifer Goodwin sorprendió con un corte pixie radical, pero también con un vestido verde eléctrico que la hizo situarse entre las mejor vestidas de la noche. Era de TopShop. Igual que el que decidió llevar Jessica Szohr, aunque esta tuvo peor fortuna. Lo dicho... algo está cambiando. Esto parece solo el principio.