Cuando pensábamos que ya lo habíamos visto todo y que la sociedad occidental cada vez buscaba más el desnudo, llega una nueva tendencia que nos golpea directamente en la mejilla: los chicos van ahora a la playa con calzoncillos debajo el bañador. Josh Hopkins, Fernando Verdasco o Chris Brown son algunos ejemplos en el mundo celebrity, pero se trata de un fenómeno rotundo, que atesta la costa española desde principios de verano. Hay quien acusa a David Beckham de sembrar la primera semilla de esta fiebre.
Esta moda hace que nos planteemos una duda existencial: Si ya se lleva bañador, ¿por qué se necesita unos calzoncillos debajo? Hemos pasado de tener un género famosil que opta por ir comando a otro que enseña calzones a la primera que puede (como Justin Bieber), y no se los quita ni para ir a darse un chapuzón a la playa. No parece que tengamos término medio.
¿Qué lleva a alguien a ponerse doble protección en la entrepierna? Puede ser el gusto por tenerlo todo más recogido, para evitar sorpresas excitantes o simplemente para lucir el logo del estadounidense Calvin Klein por todas partes. Los motivos son un misterio. Y también los gustos de las mujeres: las hay que lo consideran una horterada y quienes intuyen un punto sexy en la doble goma de la cintura.
Por mucho que hablemos de Chris Brown y Josh Hopkins como representantes internacional del calzoncillismo playero, también en España hacemos nuestros pinitos. El tenista Fernando Verdasco lleva hasta la misma marca de calzoncillos que Hopkins y Brown: Calvin Klein. Por el lado más cañí nos encontramos a Paquirrín, que prefiere darse un chapuzón al ritmo de Punto Blanco.
Hay quien acusa a David Beckham de ser el causante de la fiebre. Lleva años luciendo esta moda y tiene la ropa interior a la orden del día. Tanto por sus campañas de ropa interior con Armani como por la colección que diseñó para H&M le interesa que suba la venta de calzones, y no dudó en dar pistas a sus acólitos: pónganse calzoncillos debajo del bañador, que es lo que mola. Le salió un poco rana la estrategia: la gente pasó de Armani y H&M. Prefirió seguir rindiéndose a los slips de Calvin Klein, icono de la masculinidad y femineidad a partes iguales. Lleva en racha de éxito desde mediados de los 80, pero no parece que vaya a decaer. Su secreto es simple: un logo que derrocha poderío sobre una prenda básica que combina con todo. Y vosotros, ¿os pondríais calzoncillos bajo el bañador?