Le ha robado el fondo de armario a Lenny
Hay una nueva heredera fashionista en la ciudad. Dispuesta a devolver el glamour noventero a su máxima expresión. Ya se perfilaba el año pasado como posible it girl, y parece que Zoe Kravitz se lo tomó a pecho, dispuesta a desbancar a las demás candidatas. Y aquí la tenemos: protagonizando películas, yendo a premieres con vestidos de terciopelo de Alexander Wang (lo que ahora se ve como un twist original, hace dos temporadas la hubiera sepultado en el gran saco de las terriblemente vestidas) y dándole al sombrero y las gafas de sol como una bohemia neoyorquina.
Valga decir que tiene mucho camino hecho. Su propio padre, Lenny Kravitz, ha confesado que la niña ha heredado gran parte de su "ecléctico" armario. O sea, que tiene una colección de boas y vaqueros que enamoraría al más pintado. Y ella los combina a la perfección con maquillaje para conseguir un toque grunge entre decadente y saludable: sombras marrones, labios rojo pasión, melena convenientemente despeinada...
No es que sea la primera en optar por ese estilo (de hecho la mismísima hija del grunge, Frances Bean Cobain, parece replicarle cada prenda del armario), pero sí podemos decir que ha rescatado del olvido la tendencia noventera y la ha llevado hasta la mismísima portada de la revista de Asos (el gigante de moda on-line). Y hasta ha firmado campaña para el perfume Princess de Vera Wang, incluyendo un tatuaje en pleno anuncio.
Y es que no se puede ser grunge sin tener el cuerpo salpicado por los tatuajes más modernos. Una especie de horror vacui la invade y no se ha dejado nada por tatuar. 18 pequeñas piezas de arte que van desde un ancla en el brazo a unos pájaros en la espalda. Por supuesto, en medio está su nombre y el de toda su familia. Porque, será muy grunge, pero no está sola. Por cierto, ¿se tatuará el nombre de Penn Badgley pronto? Ahora que dicen que están juntos...