El 15 de junio Pilar Rubio y Sergio Ramos cumplen tres años de casados. Ambos se dieron el ‘sí, quiero’ en 2019 en una impresionante celebración en la que no faltaron los invitados de honor, la música y diversos guiños a las raíces andaluzas del futbolista. El enlace se celebró en le Catedral de Sevilla cuando todavía el calor no apretaba en la capital hispalense.
El centro de la ciudad se paralizó, cortándose las calles y colocando vallas para todos aquellos curiosos. Que no fueron pocos. Lo cierto es que se esperaba un gran enlace y así fue. Al mismo acudieron 400 invitados, entre los que se encontraban los jugadores del Real Madrid, y sus respectivas parejas, como David y Victoria Beckham. También, hicieron su aparición personajes del mundo de la televisión, compañeros y excompañeros de Pilar.
Los invitados debían seguir unas normas muy claras en cuanto a vestuario. En la invitación al enlace se explicó que había algunos colores prohibidos como el rosa, blanco, verde y naranja. Aunque hubo alguna invitada que decidió saltarse el protocolo, como Victoria Beckham, que lució un bonito vestido en color blanco de su línea de ropa y unos tacones color rosa fucsia.
Uno de los secretos mejor guardados fue el vestido de novia. Una vez que puso un pie en la Catedral de Sevilla pudimos descubrir que estaba firmado por Zudahir Murad. El diseño era entallado, con escote en V y repleto de pequeños cristales. Además, estaba hecho con una falda que se quitaba y que le daba ese toque más tradicional en la parte trasera. También, incluyó en ese día tan especial, un velo con diseños geométricos. Además, la sorpresa estaba en su ramo, compuesto por calas negras.
Tras finalizar la ceremonia, todos se dirigieron hasta una finca en Bollullos de la Mitación, propiedad del futbolista. Allí les esperaba la prensa y los novios posaron muy felices y sonrientes. Los invitados tuvieron que dejar sus teléfonos móviles a la entrada del recinto con el objetivo de preservar su intimidad y la de todos los que allí acudieran.
El menú de la boda estuvo diseñado por el chef Dani García y el cóctel se sirvió en unos tipis, una especie de cabañas. En ellas se encontraban distintos puestos de sushi o de productos típicos andaluces. Además, en el recinto reinaban las alpacas de paja, así como el suelo de albero. Tras el cóctel se sirvió una cena que comenzó a las diez de la noche.
Así, todos se dirigieron a otro espacio que estaba decorado con impresionantes mesas con velas negras y blancas y manteles de terciopelo negro. Las velas iban cambiando de color según el tipo de plato. El techo estaba lleno de lámparas, colocadas a distinta altura y todo estaba amenizado por una orquesta.
Tras terminar de cenar, los invitados se dirigieron a otra zona donde se reproducía una calle de Miami de los años 50 y donde se encontraban distintos actores vestidos como en el musical Grease. Luego, los novios aparecieron sobre un dragón alado volando por encima de sus invitados. Lo siguiente fue el comienzo de la fiesta con la actuación de un grupo de flamenco, de varios DJs y el grupo Europe, conocido por su tema ‘The final Countdown’.
Para la fiesta, Pilar se cambió de ropa y se enfundó un impresionante mono rojo de Zuhair Murad. Este era ajustado, con escote en V y pedrería. Además, estaba diseñado con una capa de tul roja. Sus hijos también se vistieron de gala con el mismo diseño que su padre.