"Nuestra ética empresarial nos impide traspasar ciertos límites que pondrían en peligro la autoría original del diseño". Así de contundente ha sido el comunicado que ha emitido 'Sophie et Voilà', firma bilbaína encargada de diseñar el vestido de novia de Tamara Falcó, para comunicar que rescinden el acuerdo que tenían con la hija de Isabel Preysler por un "incumplimiento contractual", cuando tan solo faltan dos meses para su boda con Íñigo Onieva. Una decisión que ha pillado de imprevisto a la marquesa de Griñón, que se ha enterado por la prensa de que se ha quedado sin diseño.
La empresaria no tenía "ni idea" de esta 'ruptura' y nunca imaginó que llegarían a este límite. "Estábamos trabajando, al menos por nuestra parte, en un entendimiento", ha roto su silencio la aristócrata en su revista de cabecera, donde ha negado "categoricamente" haber pedido a la citada firma copiar el vestido de otro diseñador, como han dejado entrever en el comunicado. "Cómo voy a pedir que hagan algo así si yo soy la primera que me dedico a la moda. Tengo un respeto máximo a los diseñadores y a todos los trabajos relacionados con la profesión", se ha defendido así de las acusaciones.
Reconoce en estas declaraciones que "es un problema" quedarse sin vestido de novia a dos meses de la boda, pero se va a poner manos a la obra para encontrar un diseño que se amolde a sus gustos y exigencias. "Tengo que empezar todo desde cero. Me da mucha pena porque lo que tenía que ser un momento super especial e ilusionante de elegir el vestido y probármelo se había convertido en un conflicto lleno de momentos de tensión. Se había desvirtuado totalmente el proceso… pero, aún así, no pensé que fuéramos a llegar hasta aquí", lamenta Falcó, que está en la actualidad "descompuesta y sin vestido".
Según ha podido saber 'El Mundo' por fuerte cercanas a su equipo de publicistas, tras hacerse pública la noticia se han puesto en contacto con Tamara "19 marcas nacionales e internacionales" para ofrecerse a diseñar el vestido que llevará en uno de los días más importantes de su vida. "Ella tenía una inspiración en un vestido de 2010. Los puntos de vista eran diferentes, pero siempre trabajaron con la ambición de llegar a un acuerdo. Ella quería una marca 'made in Spain' y ahora valorará las opciones, pero no tiene miedo a quedarse sin vestido", aseguran al periódico.