Tamara Falcó y Boris Izaguirre eran uña y carne, pero su férrea amistad se rompió por un acto del presentador por el que ha entonado públicamente, en más de una ocasión, el 'mea culpa'. Nos referimos al artículo que el venezolano escribió a finales del pasado año en el que criticaba duramente a la marquesa de Griñón por el discurso que pronunció durante una convención religiosa en México y que fue entendido como un ataque al colectivo LGTBIQ+.
"En una suerte de esfuerzo mancomunado conseguimos alejar a Tamara del engañoso Íñigo Onieva. Ahora deberíamos repetir esfuerzo para alejarla de esa ideología odiosa que la rodea", se desmarcaba de la aristócrata, de sus palabras y sin saber rompía el vínculo que les unía con esta publicación. A la hija de Isabel Preysler no le gustó nada leer esta crítica, y aunque el periodista le ha pedido disculpas públicamente en muchas ocasiones, no ha vuelto a la dirigirle palabra.
La marquesa de Griñón no entendió que un miembro de su entorno más cercano le pusiese contra las cuerdas. Algo que no sucedió con Juan Avellaneda, cuya postura siempre fue dar la cara por ella. De hecho, el diseñador está siendo su mano derecha en los preparativos de una boda que está dando mucho de qué hablar en los últimos días, después de que Falcó se haya quedado sin vestido de novia por un “incumplimiento contractual” con la firma Sophie et Voilà.
Un asunto sobre el que el Boris no está dispuesto a pronunciarse, como se ha comprobado con la reacción que tuvo al ver a la compañera de Europa Press a la salida del teatro en el que está representando su zarzuela. En un primer momento salió huyendo a la carrera hasta el bar más cercano, abandonando minutos más tarde este local junto a Rubén Noguiera, su marido, que miraba desafiante a la reportera, a quien llegaba a coger el micrófono para evitar que formuara las preguntas.
Isabel Preysler, en un gesto de apoyo a su hija, tampoco quiere saber nada de Boris Izaguirre. Madre e hija no han movido ficha desde aquel desaire. Ellas, que han perdonado a Íñigo Onieva su desliz, aún no aceptan el arrepentimiento del fue su gran apoyo durante décadas. "Yo siento el mismo cariño, pero estamos distanciados por un artículo que escribí, en mi opinión, bastante equivocadamente. No sé cómo volver a pedir perdón sobre eso", reconoció recientemente en un evento, donde manifestó que desconoce si recibirá la invitación para asistir a la boda de la socialité.