Looks de invitada para triunfar en bodas bajo la lluvia

Las bodas han vuelto a estar a la orden del día y cualquier época del año es buena para celebrar una. Eso sí, el clima va por libre y te puede sorprender una lluvia en cualquier momento. Si todo apunta a que existe el riesgo de que esto ocurra, nada impide que tu vayas divina con un look de invitada para triunfar bajo la lluvia. Es cuestión de controlar el tipo de manga, jugar con las capas y no llevar el bajo del vestido o los pantalones a la altura del suelo. Toma nota de estas ideas y disfruta de cualquier boda a la que asistas, con lluvia o sin ella. 

Un vestido bicolor

Si además de llover, todo apunta a que no va a hacer nada de calor, los vestidos de cuello redondo y manga larga son super elegantes. Para que tengan ese algo especial que todas buscamos en nuestro look de invitada, elige un modelo con un diseño bicolor.

Sí al negro

Ir de blanco a una boda sigue sin convencernos. En cambio, el negro hace tiempo que dejó de ser un color prohibido. Prueba con un diseño original que te dé juego, como este tres piezas con pantalón tobillero, top y blazer. Irás espectacular y con un look de máxima tendencia. 

La blazer como pieza clave

Enamoradas estamos de este look que lo tiene todo con su falta de tubo dorada y top, rematado con una blazer ligera que te puedes quitar y poner a tu antojo. Moderna a rabiar y preparada para lo que venga, le damos un 10. 

La elegancia de las transparencias

Si te resulta demasiado caluroso ir de manga larga, pero quieres un look rotundo, las transparencias son la respuesta a tus plegarias. Son elegantes, sofisticadas y sensuales y la solución perfecta para cubrir escote y brazos sin que te sientas demasiado tapada. 

Tonos vitaminados

Haz frente a la lluvia con un color que levante el ánimo y que te convierta en el centro de todas las miradas. Para que no resulte excesivo, elige un diseño relajado y aparentemente sencillo, como este dos piezas de camisa y falda tan ideal. 

En blanco y negro

El binomio que nunca falla, y mucho menos en una boda, es el formado por los dos colores más importantes de nuestro vestidor. Apuesta por tejidos con un toque sofisticado, al menos para una de las piezas, y deja que los complementos a juego hagan el resto.