Beatriz de York y otras novias conocidas que se casaron con un vestido prestado
No es extraño que una novia decida continuar con una tradición familiar y elija usar un vestido prestado que perteneció a sus antepasadas
Beatriz de York, Luisa Bergel o Laura Corsini decidieron pasar por el altar con vestidos de sus abuelas adaptados a su silueta
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Dice la tradición que una novia debe ir al altar con algo nuevo, algo viejo y algo prestado. Generalmente, lo nuevo es el vestido, lo viejo suele ser una joya de familia y lo azul puede ser desde un pequeño detalle que apenas se aprecie, a una parte significativa del look nupcial. Pero todo es relativo, porque ¿y si lo prestado fuera el vestido?
No es tan extraño que una novia decida continuar con una tradición familiar y apueste por casarse con un vestido prestado, generalmente el que llevaron su madre o su abuela el día de su boda, aunque seguramente tendrá que recurrir a profesionales que hagan las modificaciones necesarias para adaptarlo a su cuerpo.
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Algunas novias que han elegido casarse con un vestido de novia prestado han sido Luisa Bergel, amiga íntima de Tamara Falcó que contrajo matrimonio el pasado mes de agosto, a Beatriz de York, la nieta de Isabel II que optó por una boda íntima en plena pandemia, y a Laura Corsini, prima de Belén Corsini y fundadora de la firma Bimani, que pasó por el altar en el verano del pasado año.
El vestido de novia de Luisa Bergel
El vestido de novia Luisa Bergel es era el mismo con el que se casaron su abuela en 1959 y su madre en 1989. Se trata de un vestido de Pertegaz de cuello a la caja, cuerpo ajustado y falda de silueta corola, que Jorge Vázquez adaptó a la silueta de Luisa. El vestido, desmontable, se transforma en un segundo modelo de escote palabra de honor perfecto para la celebración. La novia acompañó su look con unos guantes ópera de napa, un tocado de flores de tamaño XL del que partía un sencillo velo y zapatos joya de Silvia Lago.
El vestido de novia de Beatriz de York
Quien también quiso hacer un homenaje a su abuela, la reina Isabel II, fue Beatriz de York, la primogénita del príncipe Andrés de Inglaterra y Sarah Ferguson. La suya fue una boda íntima, con solo 20 invitados, celebrada en plena pandemia y eligió para su enlace un modelo de Norman Hartnell que había estrenado la reina en 1961 y usado posteriormente en diversas ocasiones.
Se trata de un vestido de color marfil confeccionado en tafetán, con un corpiño de escote recto con brillantes engarzados que caen hasta mitad de la falda. Fue adaptado a la silueta de Beatriz por Angela Kelly y Stewart Parvin, que actualizaron el vestido añadiendo unas mangas abullonadas.
El vestido de novia de Laura Corsini
La tercera novia que eligió casarse con un vestido prestado es Laura Corsini, que celebró su enlace el verano del pasado año con el mismo modelo que lució su abuela en 1958. Se trata de un sencillo y discreto vestido de seda natural, de cuello a la caja, cintura ceñida y falda de gran volumen, en el que se invirtieron más de 100 horas para devolverlo a su estado original. Laura quiso añadir un toque de color a su look nupcial y combinó su vestido ‘prestado’ con unos zapatos rojos de su propia firma.