Cuando una boda comienza su andadura, uno de los primeros hitos y más emocionantes es la pedida de mano. Para que todo salga a la perfección, puede que lo más importante sea encontrar el anillo ideal, tanto por su diseño como por su medida, que garantice que se ajusta perfectamente al dedo anular. El diseño elegido va a depender del gusto de los contrayentes, pero para acertar con la talla del anillo de compromiso te van a ser muy útiles los consejos que te damos a continuación.
Cuando tienes un anillo que te queda bien y que puedes llevar a todas horas, lo sabes. Hablamos de anillos que tienen la justa medida, es decir, ni grandes ni pequeños. Un anillo que apriete es una mala idea, porque los dedos tienden a hincharse con facilidad, sobre todo en los meses de color. Si aprieta no será cómodo de llevar y, tratándose del anillo de compromiso, vamos a querer lucirlo a todas horas.
Pero esto no significa que el anillo deba quedar grande, porque el riesgo de perderlo es grande y eso sí que supondría un buen disgusto. Hay que asegurarse de que se pone y se quita con comodidad, que se puede girar una vez puesto y que no se sale con movimientos involuntarios.
A veces lo más sencillo es lo más efectivo, y no es otra cosa que tomar un anillo que ya tenga tu pareja como referencia, asegurándote de que es uno que usa en el dedo anular. Si no vivís juntos, puedes pedirle a un familiar o amigo que lo consiga y para llevarlo a una joyería y que te puedan tomar la medida en pocos segundos con los medidores especiales que tienen. Para conseguirlo puede “tomarlo prestado” o directamente decir que lo necesitas para este fin. Puede que se pierda el efecto sorpresa, pero este realmente va a residir en el diseño de anillo que escojas.
Si dispones de ese anillo de referencia, puedes tomar la medida en casa. Lo mejor es utilizar una regla métrica para calcular el diámetro con la mayor precisión posible. También puedes conseguir, para asegurarte bien, un medidor de anillos como los que utilizan en las joyerías por muy buen precio. Otra opción sencilla, aunque puede no ser del todo precisa, es rodear el dedo de tu pareja con un hilo, marcar la medida y luego medirla con una regla o cinta métrica.