Tras la celebración oficial de la boda de Irene Villa y David Serrato, el pasado 21 de septiembre en un monasterio en Burgos, acompañados únicamente de sus familiares, la pareja ha querido organizar una segunda celebración, este 4 de octubre, esta vez en un tono más distendido, en Madrid donde han querido invitar a todos sus amigos en una fiesta organizada en el mirador de Cuatro Vientos. Para la ocasión, Irene se ha vuelto a vestir de blanco con un diseño que ha creado, al igual que su primer vestido de novia, Silvia Fernández.

A las puertas del atelier madrileño de la diseñadora, tanto la futura novia como la creadora, ya adelantaron que este segundo vestido sería "más divertido" y al verla, radiante, a su llegada a la celebración lo hemos confirmado. La periodista ha optado por un vestido con escote recto, corte debajo del pecho y de tejido fluido, largo hasta los pies. Todo él está decorado con una tendencia que emergió en verano y sigue teniendo mucha presencia en este otoño: las flores en tres dimensiones. Irene las lleva repartidas por toda la prenda, desde el escote, donde sobresale alguna del borde de la prenda hasta el bajo, en el que se simulan los tallos de algunas de ellas, todo en blanco, porque ya aclaró la artífice de la prenda que no entiende un vestido de novia de otro color.

Dadas las fechas de la celebración y el tiempo inestable que envuelve estos días la capital española, Irene ha querido ser previsora y ha añadido a la pieza principal del look nupcial una capa corta que le cubre los hombros y los antebrazos. Es una pieza que va decorada con un tejido en relieve y que cuenta con unos botones ocultos para abrocharla sobre el pecho para protegerse del frío.

Como joyas ha lucido una pulsera rígida plateada, en la muñeca derecha, a juego con un impresionante collar también en tonos plateados con motivos vegetales, de estilo vintage. En el mismo estilo ha añadido una pequeña tiara en la zona más alta de la coleta con la que ha recogido su pelo, que ha complementado con su caracterísitico flequillo, suelto. En las orejas también ha optado por unos pendientes trepadores en tono plateado, esta vez muy discretos, para dejar el protagonismo al resto de los elementos.

La periodista ha querido marcar la diferencia en cuanto al maquillaje de su segundo look de boda y ha optado por algo muy diferente a lo que se suele ver últimamente. Pues la tendencia actual es una novia que apuesta por un maquillaje casi invisible en el que predominan los tonos rosados y la corrección de las imperfecciones. Ella ha querido destacar sus ojos con una sombra oscura que ha extendido por todo el párpado móvil y ha difuminado hasta el fijo. Ha complementado este trazo con el delineado de su mirada en negro. También ha querido dar protagonismo a sus labios maquillándolos en un intenso tono rojo en acabado mate.