A pesar de ser dos personajes sobradamente conocidos, Kate Winslet y Sam Mendes consiguieron celebrar su boda sin que los medios de comunicación descubrieran sus planes y sin que nadie hiciera saltar la voz sobre su enlace, tal vez porque eran otros tiempos y no era tan sencillo capar imágenes y enviarlas, aunque tampoco imposible. 

La pareja se casó en el año 2003 y consiguieron guardar el secreto de tal manera que la boda fue sorpresa incluso para ellos. No era una boda planeada, pero sus vacaciones en la caribeña isla de Anguila se convirtieron en el momento perfecto para jurarse amor eterno. Así lo pensaban cuando hicieron su juramento y así fue hasta que decidieron tomar caminos separados, en 2010 se divorciaban. 

Pareja de oro en el momento, esta boda fue toda una sorpresa, pues el director de cine había declarado en alguna ocasión que no creía en el matrimonio. “Las personas de hogares rotos simplemente no lo aceptan. La idea de un matrimonio me llena de pavor”, había explicado en el pasado. Estas ideas cambiaron cuando se encontró en Anguila de vacaciones con el amor de su vida, en ese momento embarazada de ocho semanas. 

En mayo de 2003 confirmaron que se habían casado, pero la fecha concreta del enlace nunca se ha llegado a hacer pública. “No lo habíamos planeado, pero pensamos que era una buena idea, así que lo hicimos”, explicó Kate sobre los motivos que les llevaron a casarse en esa isla, solo con la compañía de tres parejas de su círculo más cercano y Mia, la hija que Kate había tenido en 2001 fruto de su matrimonio con Jim Threapleton, cuyo divorcio se hizo público más o menos a la vez que su relación con Mendes, aunque siempre negaron que ambas cosas estuvieran relacionadas. 

"Este es el anuncio formal de que Sam Mendes y Kate Winslet se casaron el pasado mayo en una pequeña ceremonia durante sus vacaciones en las Indias Occidentales", decía el breve comunicado con el que informaron de que la boda se había celebrado. En el mismo también confirmaban la breve lista de invitados, así como la presencia de la hija de la actriz. Comenzaba para ellos una nueva vida, pues pronto ampliarían la familia dando la bienvenida a Joe Alfie. 

El nacimiento del segundo hijo de Kate parece que le ayudó a quitarse miedos de encima, porque si bien en su momento había contado que su hija había nacido de manera natural y sin problemas, una vez que esto fue lo que sucedió con Joe, Kate confesó que en realidad el nacimiento de Mia había sido una cesárea de emergencia, pero que lo había ocultado porque, tal y como recogen en Vanity Fair, le hacía sentirse una fracasada. 

La pareja se mantuvo unida hasta el año 2010, cuando anunciaron su separación de manera amistosa y de mutuo acuerdo, lo que no evitó los rumores que señalaban que la actriz habría preferido poner su carrera por delante de su matrimonio o que estaba celosa de la amistad de su marido con la actriz Rebecca Hall. 

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