Una boda está repleta de momentos emocionantes, y uno de ellos es la entrada de los novios al convite. Todos los invitados esperan la llegada de los recién casados para comenzar la verdadera celebración, así que se trata de un momento único que querrás recordar siempre. Por eso puedes hacer tu gran entrada de una manera original y, sobre todo, con la que tanto tú como tu pareja os sintáis cómodos e identificados. No te pierdas estas ideas para inspirarte a la hora de planear la vuestra.

La buena música es imprescindible en una boda, y si es en directo, mucho mejor. Si habéis pensado en contratar una grupo que toque durante el cocktail, pueden daros la entrada a vosotros con una canción en directo y, si os venís arriba, podéis subiros con ellos al escenario como si fuera vuestra banda a cantar o bailar. Una aparición de impacto y memorable. 

Esta propuesta tan divertida es ideal para las bodas de tarde, en las que los novios llegan al aperitivo cuando comienza a bajar el sol. Alguien debe encargarse de repartir bengalas entre los invitados para que puedan encenderlas cuando entren los novios. Verlos rodeados por los destellos de las bengalas es de lo más romántico, sobre todo si les hacen un pasillo para que lo atravieses.

Una entrada sobre ruedas puede ser una sorpresa para vuestros invitados y hay todo tipo de opciones: motos, coches antigüos, bicicletas… ¡hasta coches de caballos! Lo importante es que os apetezca y os dé ese buen rollo tan especial que se contagia a los demás desde el primer instante en que os vean aparecer. Y eso sería si hablamos de vehículos de ruedas, pero podéis llegar hasta montados a caballo o, incluso, en una barca si la boda se celebra junto al mar. 

Hay parejas que coinciden en algo que les hace especiales: patinan, bailan, son fans de alguna saga cinematográfica… las posibilidades son infinitas. Poner ese rasgo o habilidad en valor y compartirlo con vuestros invitados os hará únicos y conseguiréis que vuestra entrada al convite sea recordada por todos los asistentes a vuestra boda.

Aunque muchas parejas le dan importancia a la entrada al convite, hay otras que prefieren ser más discretas y, tras la sesión de fotos, se unen tranquilamente a sus invitados. Es una opción tan válida como cualquier otra y, además, favorece que puedas conversar con amigos y familiares mientras disfrutan del cocktail. Eso sí, llegad de la mano y sonrientes, porque la ocasión lo merece, sin lugar a dudas.

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