La mayoría de las parejas eligen los meses de primavera y verano para celebrar la boda, pero también existen bodas en invierno. Son celebraciones muy diferentes, pero pueden ser igual de mágicas que las bodas de verano. Algunas de las ventajas de casarse en invierno es que, al ser una época menos demandada es más fácil elegir la fecha que os apetezca y además no te tienes que preocupar de si ese día hará o no frío, porque sabes que lo hará.
El frío no tiene por qué ser ninguna molestia, de hecho, se puede convertir en el gran aliado del día, la excusa perfecta para lucir un complemento especial a tu vestido de novia de invierno: un abrigo, que se puede transformar en el gran protagonista del look nupcial.
Un abrigo de novia puede ser ese plus que necesita un vestido de líneas sencillas, no olvidamos el abrigo de encaje firmado por Yolancris para la boda de María Pombo, una apuesta romántica si lo eliges de bolillos, un toque moderno si te atreves a llevarlo con cinturón de hebilla o una auténtica sorpresa si apuestas por un abrigo con capucha.
Existe la opción de elegir un vestido de novia con abrigo incorporado, por uno fabricado especialmente para el evento o apostar por una pieza más arriesgada sin encajes, sin volantes, sin pedrerías, pero que aporte mucha sofisticación a tu look nupcial. Cualquiera que sea tu elección ambas piezas deben ir en consonancia para que el resultado sea equilibrado y no parezca un pastiche improvisado.
Este abrigo de novia de estética vintage está firmado por Alejandra Valero. Se trata de una pieza especial de patrón fluido, con solapa esmoquin, pinzas y abertura posteriores, que resulta perfecto para combinar con un vestido bordado o de encaje de falda amplia.
Hay abrigos pensados para ser el complemento perfecto de un vestido concreto, es el caso de este abrigo de Cortana fabricado en georgette de seda, con cola y manga japonesa. Está diseñado para llevar abierto sobre un vestido de satén cortado al bies, cruzado y de escote halter.
Este modelo minimal de Katarina Grey funciona más como parte del vestido que como prenda de abrigo. Se trata de un abrigo extralargo fabricado en tencel, con solapa, lazos en las muñecas y abertura en la espalda, que aporta una apariencia etérea al sencillo vestido slip dress.
Esta capa de crepe con capucha de líneas sencillas de la firma Rosa Clará es sin duda un complemento perfecto para vestidos brocados, bordados o con pedrería que no quieren que les hagan sombra. Dejará a tu vestido todo el protagonismo, pero ayudará a mantener el secreto mejor guardado de las bodas hasta que te deshagas de ella.
Un abrigo joya como este de corte amplio, en tul bordado y con detalles en patchwork de la firma Bryan, será el auténtico protagonista del look nupcial. Basta acompañarlo con un vestido de líneas sencillas que podrás dejar a la vista en el momento de la celebración.
Una idea diferente es la de utilizar una pieza de abrigo como vestido de novia. Hay modelos, como este diseño de Danielle Frankel que está fabricado en mezcla de lana, seda y satén, con solapa esmoquin y patrón sirena, que están pensados para novias que buscan algo diferente.
Un abrigo blanco de alpaca, de lana o de pelo, ajustado en el talle o con cinturón incorporado, que pueden ser una solución perfecta y diferente para una novia de invierno, especialmente cuando el frío es el otro protagonista del día. Cada vez más chicas optan por utilizar una prenda de abrigo que no está estrictamente diseñado para casarse, convirtiendo en la sorpresa del estilismo de la boda una pieza que volverás a usar durante años.
No todos los abrigos de novia están diseñados para las bajas temperaturas, algunos como este de Pronovias realizado en tul con bordados a mano, es el complemento perfecto para un vestido de verano de escote en la espalda o sin mangas. Para que el conjunto tenga sentido lo ideal es que el tejido o el bordado del vestido tenga similitud con el del abrigo.