Si hacemos caso a las predicciones de Pantone Color Institute, el amarillo será uno de los colores de 2021. Se trata de un tono cálido, brillante y alegre que genera vivacidad porque, según apuntan desde Pantone, este año “necesitamos sentirnos animados y reconfortados; es algo esencial para el alma humana”. Y si el amarillo es pura tendencia, frescura y alegría, el fucsia no lo es menos, un color que además simboliza la lucha por los derechos civiles.
No cabe duda de que son dos colores llamativos que combinan muy bien entre ellos y que son capaces de dar vida a cualquier prenda, de un chándal a un vestido de noche. Estas son razones suficientes para que, si te van los tonos vibrantes, se conviertan en la alternativa perfecta para conseguir el look de invitada más especial de una boda, ya los lleves por separado o juntos y con independencia de si domina el look uno u otro.
Aunque el fucsia y el amarillo no son colores clásicos de invitada, tienes diversas opciones para conseguir un look a la altura de una boda, desde optar por el total look al color block.
Si buscas una apuesta arriesgada, pero en cierto modo contenida, puedes optar por un solo color y componer un look monocromático en fucsia o en amarillo de la cabeza a los pies. No es necesario que te enredes en sofisticados patrones o tejidos deslumbrantes tipo brilli-brilli, ya estás arriesgando suficiente con el color de tu vestido como para complicar aún más las cosas. Si esta va a ser tu elección trata de encontrar los zapatos y resto de complementos en el color exacto del vestido, de lo contrario no funcionará.
Hay que tener en cuenta que con ambos colores se corre el riesgo de caer en la cursilería, por eso el diseño del vestido debe tener un plus de modernidad, romanticismo, sofisticación, minimalismo o excentricidad, que haga de tu vestido una pieza digna de un evento tan importante. Una apuesta segura son los patrones arquitectónicos o los de amplios volúmenes, los que llevan capas superpuestas o los diseños simples tipo túnica o caftán.
Una elección con la que no te equivocas es la del traje de chaqueta y pantalón, que se ha convertido en uno de los estilismos más especiales para las bodas. De noche apuesta por uno tipo esmoquin, pero de día acertarás si optas por uno de color amarillo o fucsia estarás arriesgando, pero te vas a convertir en la invitada más original de la boda.
Existen muchas opciones para combinar estos trajes sastres y si le sumas una camisa fucsia al amarillo o una amarilla al fucsia de gasa y con lazada, el resultado será redondo. Utiliza los complementos y el calzado del color predominante para que el estilismo no pierda fuerza y se convierta en un pastiche de colorines.
Otra manera de hacerte con un look potente para una boda combinando el amarillo y el fucsia es elegir un tejido brocado o bordado en ambos colores. Puedes apostar por cualquiera de los dos tonos para la base y elegir el resto de los complementos en el menos dominante, aunque otra buena opción es llevar los accesorios en otro color completamente distinto que combine y potencie ambos, como el morado, o que los apague, como el negro.
La opción del color block, que tan bien resultó en el Gucci de Tom Ford, sigue siendo una apuesta que funciona y consiste en combinar dos o tres tonos llamativos en un solo look. Puedes optar por una falda fucsia y una blusa amarilla o por un vestido amarillo y un abrigo fucsia, incluso puedes añadir un tercer color que contraste con ambos para los zapatos y otros complementos como un sombrero, un cinturón o un bolso.
Existe otra opción para combinar el fucsia y el amarillo que es tirar exclusivamente de los complementos. Apuesta por un total look en amarillo y súmale unos guantes largos o unos zapatos en color fucsia para romper con la monocromía, también puedes apostar todo al fucsia y elegir joyas y complementos en tonos amarillos. Esta mezcla de color te ayudará a levantar mucho más el look que si apuestas por tonalidades neutras.