Para la boda se irán al Caribe, pero es que, entre Miami, Nueva York y California, lo cierto es que el otro lado del charco suele ser su refugio y habitual destino vacacional. Sin ir más lejos (aunque cerca no está) este verano ambos se han relajado y disfrutado del sol de agosto en Los Cabos (México).
Se casarán en diciembre, tres meses después de la pedida de mano y tras cuatro años de relación. Aunque será una boda invernal para los españoles, en las Bahamas, los invitados disfrutarán del buen tiempo que caracteriza a la isla.
La boda será íntima, deseo expreso de la pareja. Pocos, incluso menos de 50 serán los testigos de este enlace en el lugar paradisiaco.