Tras darse el ‘sí, quiero’, María Pombo y Pablo Castellano pusieron rumbo al lugar de la celebración de su recién estrenado matrimonio. Para ello, María opto por lucir un segundo vestido después de la cena. Algo más informal y lleno de movimiento, a diferencia del primero, los detalles del segundo look de Pombo tampoco pasaron desapercibidos. ¡Te lo enseñamos!
La influencer, que se cambió de vestido tras el banquete para abrir el baile, optó por un estilismo más desenfadado, pero siguiendo la estética de toda la boda. Con un toque boho chic y aires románticos, María optó por otro diseño en color blanco y también firmado por Yolancris.
Con silueta sirena, cola, y confeccionada con una yuxtaposición y contraste de diferentes materiales de diversas texturas, relieves, y formas. Tela de encaje chantilly en color blanco, transparencias y flecos asimétricos en el bajo, que daban movimiento a toda la falda. Además, María acompañó su vestido con una camisa satinada del mismo color, holgada, medio desabrochada y anudada a la cintura. Un toque diferenciador que hacía que su vestido se saliera de lo convencional, aunque no arriesgó con el color y siguió optando por los tonos crudos.
Para este segundo cambió María decidió soltarse el pelo, luciendo su melena rubia peinada con unas ondas al agua, causa, seguramente, de la coleta baja tipo nudos con trenza que lució con su primer vestido. En cuanto al 'make up', María siguió el estilo que le caracteriza: un maquilla natural, nada excesivo, que resaltaba sus ojos con un leve ahumado como sombra.
Pero este look no fue la única sorpresa de la noche. Pablo Castellano tenía una regalo muy especial para la influencer tras su cambio de vestido: la actuación sorpresa del grupo Pol 3.14, que interpretó el tema ‘Jóvenes eternamente’, una de las canciones de Pablo y María. Además, un toro mecánico y patatas fritas del McDonalds, las preferidas de Pombo, a modo de recena, pusieron el toque más divertido de la fiesta. La emoción con todas las sopresas y todos los acontecimientos de la boda era tal que Pombo no paró de bailar, abrazar a su ya marido, y sobre todo saltar, por lo que podemos judgar que este segundo estilismo era bien cómodo.
La influencer caminó hacia el altar con un vestido blanco de corte minimalista y una gran apertura en la espalda, acompañado de un batín de manga larga y encaje con brillos que arrastraba una bonita, que, tras darse el ‘sí quiero’, María se quitó durante el banquete para lucir tan solo el traje blanco de cuello halter.
En cuanto al ramo y las flores de la ceremonia y la fiesta, corrieron a cargo de la florista Elena Suárez. Una decoración donde han predominado los colores verdes, con un toque silvestre, que seguía la estética romántica de toda la ceremonia y que también decoraba el arco de la entrada de la iglesia de la Colegiata de Santa Cruz por la que pasaron los novios y los invitados a la boda.