Siete meses de relación. Tres hijos en común. Daniella y Cesc han decidido celebrarlo. Y lo han hecho con una superboda que, ahora que la hemos podido ver en movimiento, es aún más emocionante de lo que imaginábamos. A la ceremonia (muy íntima, por cierto) acudieron familiares y amigos íntimos de la pareja. "Un día mágico", lo describió Semaan en su Instagram. Fábregas, por su parte, se sintió "el hombre más afortunado del mundo".
Para la ocasión, los novios apostaron por lo tradicional. Ella escogió un vestido con escote corazón, de encaje y con mangas de tul bordado y pedrería. Un diseño de Rosa Clará que, como colofón, completó con un velo de una longitud de 3,5 metros, hecho con tul de seda manual. Por lo demás, Daniella Semaan llevó el pelo suelto y, como complementos, joyas y mucha pedrería. Cesc Fábregas, también muy clásico, quiso pisar el altar con un tradicional esmoquin de color negro que, como toque original, destacaba por sus solapas de terciopelo. Todo a juego con sus zapatos, decorados de estribos.
Entre los invitados que acudieron a la boda, que se celebró en Inglaterra, en el hotel de lujo 'Cliveden House', destacaron la madre del novio, que ejerció de madrina con un traje rojo capeado, y su hermana, que acudió con un vestido largo en tono azul tinta. También estuvieron los niños. Lia, Capri y Leonardo, los pequeños, fruto de la relación del ya matrimonio, y Joseph y y María, hijos del exmarido de Daniella.
Días después del enlace, la pareja ha puesto tierra de por medio para disfrutar de su luna de miel, a la que, tal y como han compartido tanto Cesc Fábregas como Daniella Semaan, han ido acompañados de sus hijos. Padres e hijos (incluidos los mayores) mantienen una relación extraordinaria. Los cinco se adoran y, además de compartir sus triunfos deportivos, el futbolista aprovecha cualquier ocasión para que sus seguidores sean testigos de tanto buen rollo familiar.