La estilista Cristina Rodríguez se ha casado por segunda vez. Después de aplazar su enlace matrimonial con Raúl García Gil, director de Fiat y de Abarth en España, hasta en tres ocasiones por culpa de la pandemia, la pareja, por fin, ha podido darse el 'sí, quiero'.
Y lo ha hecho en una divertida e íntima ceremonia que ha tenido lugar en Altea, Alicante, tierra de la novia. Al aire libre, en lo alto de una colina con vistas al mar y al peñón de Calpe. Así se ha casado la estilista de 'Cámbiame' con su cuarto marido, que ha estado arropada por un reducido grupo de familiares y amigos.
Después de celebrar su preboda la noche anterior, el esperado día llegaba este sábado. Mientras el sol caía coloreando de rosa el cielo, Cristina llegaba a su boda con el amor de su vida, al que trata de mantener siempre al margen de sus redes sociales, llena de energía y felicidad.
Para la ocasión, la que fuera compañera de programa de Natalia Ferviú - quien se ha disculpado con su amiga por no poder estar presente - y Pelayo, ha hecho su entrada triunfal con sorprendente y nada discreto vestido. Así, la estilista se ha decantado por un llamativo vestido con pronunciado escote en la parte delantera y a la espalda, cinturón tipo corset con bordado de flores y una gigantesca falda en forma de tul con múltiples capas firmado por el español Emilio Salinas.
La alicantina ha conseguido crear con el modisto el "vestido de sus sueños" y no ha dudado en mostrarse muy agradecida con el diseñador. "Querido, estamos conectados para siempre. Porque tú me has hecho brillar el día más importante de mi vida. Gracias por tanto", puede leerse en una nota de agradecimiento que ha compartido el propio Salinas.
El pelo recogido en un moño alto y adornado con una diadema de flores amarillas, color que, por otro lado, también se aprecia en las capas interiores de la falda y que estuvo destinado asimismo a las damas de honor de la estilista. El maquillaje con un fuerte delineado negro para dar protagonismo a la mirada y los labios de un intenso color burdeos.
Como era de esperar, a la boda no le faltaron detalles. A golpe del famoso 'Vivo cantando' de Salomé, Cristina Rodriguez llegó a la ceremonia como el torbellino que es. Únicamente hace falta ver la entrada de la novia al lugar en el que se ofició el enlace para que nos hagamos una idea de cómo fue la celebración posterior.
Cristina lo tenía todo preparado para que su noche fuese completamente perfecta, especialmente en materia de estilo. En este sentido, y aunque los bailes, besos y abrazos pudiesen estropear su look – el propio o el de cualquiera de los invitados – Cristina estaba tranquila, pues había contratado a un equipo de maquillaje y peluquería profesional para poder ofrecer a sus invitados la posibilidad de aguantar perfectos durante toda la noche. Por lo que se ve en las redes, al menos ella parece que sí lo consiguió.