Más que diademas y boys: ideas de disfraces low cost para una despedida de soltera
La despedida de soltera la organizan las amigas pensando siempre en la novia. Hay tantas opciones como personalidades.
Si a la novia le gusta disfrazarse, ¡adelante! Si no, habrá que pensar en alternativas, como camisetas estampadas o albornoces.
Reconozcámoslo: de un tiempo a esta parte, las despedidas de soltera se nos han ido de las manos. Más que fiestas para homenajear a esa amiga, hermana o prima que va a dar el ‘sí, quiero’, parecen gymkanas de campamento infantil en las que la protagonista pasea con un traje ridículo por toda la ciudad. Y sí, hay novias a las que ese plan les hace muy felices, pero seamos sinceras: muchas otras se someten porque no les queda otra, con resignación: “despedida de soltera: tick, hecho”. Un trámite menos.
Por eso es tan importante que, si te toca organizar la despedida, pienses en la persona que va a casarse y te rodees de gente que la conozca bien, para organizar algo que le haga ilusión. Es decir, nada de saltos en paracaídas si tiene miedo a las alturas ni fines de semana en Ibiza si cada vez que salís vuelve a casa a las dos de la mañana porque le aburren las fiestas. Si tienes dudas, quizás lo mejor es preguntarle a ella directamente: hay tanta gente que bromea con lo mucho que le apetece hacer algo y, a la hora de la verdad, se echa atrás… antes de gastaros un pastón en una experiencia de ‘puenting’, lo mejor es comprobar que realmente quiere quedarse tirarse desde un puente.
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En fin, pongamos que quedáis todas las amigas de la novia para conoceros, tomar algo e intercambiar opiniones sobre la despedida de soltera: escogéis la fecha, el presupuesto con el que contáis y lanzáis ideas sobre la despedida de soltera perfecta. Seguro que en ese brainstorming os encontráis con otro problema: disfraces, ¿sí o no?
Como cualquier noche de fiesta, la elección del ‘outfit’ con el que cargareis toda la noche, y quizás parte de la mañana siguiente, es fundamental. Sabéis que, por unas cosas u otras, no le haría ninguna gracia pasearse con un pene en la cabeza, así que no os queda otra que pensar alternativas. En Divinity.es os traemos algunas.
¿Le gusta disfrazarse?
Si la novia disfruta pintándose de negro para la noche de Halloween, estáis de suerte: organizar este punto de la despedida puede ser coser y cantar. ¿Qué te parece escoger un disfraz grupal, en el que ella sea la protagonista? Hay decenas de temáticas entre las que elegir, según sus gustos: Pacman y sus fantasmitas, las Spice Girls, los ladrones de La Casa de Papel… seguro que encontráis una opción que la sorprenda y con la que no tengáis que gastaros un pastón.
Los disfraces combinan muy bien con una salida por sus bares favoritos, hasta que se haga de día, o con una fiesta privada con animación. Además, se presta a seguir un itinerario: un rapto, la movilización hasta un punto seguro, las bromas… que nada quede al azar.
También es una opción a tener en cuenta si vais a optar por una despedida de soltera con espada de fin de semana: podéis disfrazar a la novia en el trayecto, vendándole los ojos para que la sorpresa sea total, o a lo largo de la noche, sin que sospeche nada. Seguro que en una ciudad donde nadie os conoce se presta más fácilmente a enfundarse en un disfraz con vosotras.
Mejor evitamos la purpurina
En cualquier caso, la última palabra siempre debería tenerla la novia. Al final, es una parte de su boda que no debería producirle estrés: una fiesta por y para ella, en la que no debería pagar ni recibir regalos, si no disfrutar y olvidarse de la boda durante todo un día. Por eso, si a la novia no le gusta disfrazarse, lo mejor es que devolváis las máscaras de Dalí y penséis un plan más sencillo, que no incluya máscaras de plástico ni capas de fieltro.
No queda otra: hay que jugar con la sutileza. Tal vez prefiera optar por algo más discreto, como pelucas de colores y algo de purpurina, o por un detalle más casero, que después podáis guardar como recuerdo de esa noche. Camisetas con vuestros nombres, como las de una peña o un equipo de fútbol, bandanas estampadas o incluso toallas o albornoces, si optáis por una despedida ‘relax’ en un spa o una playa. Ponerse a punto entre chapuzones y confidencias es el sueño de muchas novias estresadas.
Sea como sea, un último consejo: no te vuelvas loca con ello. Vuélcate en la organización si te toca o apetece, pero apóyate en otras personas y no dejes que te arrastre el estrés propio de estos eventos. Al final, no importa lo que elijas, si lo has hecho con cariño: seguro que ella aprecia el esfuerzo y termináis encontrando la manera de pasarlo bien.